Me resultó impactante encontrar en la red, esta foto de Cabrera Infante trabajando en un solar habanero con Roberto Vigón. No deja dudas de que está en su casa, los rostros de las niñas, y los cubos de agua en cada puerta, añaden un realismo insultante. El hecho relevante de que él está sentado en el único sillón de la escena es Excelente.
Están en un solar habanero o casa de vecinos como se dice en España, la naturalidad de la escena y la precariedad con que se desarrolla la creatividad de los dos personajes miuy jóvenes que luego serán claves en la cultura cubana es una maravilla. Ver a Cabrera Infante en camiseta blanca de mangas cortas para quien lo conoce en traje en la contraportada de todos sus libros no deja de ser peculiar, y le imprime un carácter a sus textos como prueba que ha escrito lo que ha vivido.