sábado, 9 de octubre de 2010

Tú ya no estás en La Habana: NI ÉL, NI ELLA, NI YO.


De los siete habaneros (as) que hay en esta foto, tomada desde la Cabaña, con la fachada del malecón detrás; en La Habana solo sigue viviendo hoy, la figura que está en la extrema izquierda, pero con residencia temporal en Italia, donde en realidad vive casi todo el año. Tres viven en España, una en Estados Unidos, y otra en Italia.  Si el lector le exige mejor a su vista, vea que entre el primer plano: las personas, y el segundo plano, el perfil de edificios de Centro Habana y Vedado, hay una boya flotando encima de la tercera por la derecha, que marca una línea invisible –fronteriza- que nadie debe rebasar, pero que todos terminamos saltando.
Mientras nos hacíamos esta foto en 1997, los efectos de la caída del Muro de Berlín desembocaron en la reunificación de las dos Alemanias, ya habían ocurrido los sucesos terribles de la Plaza de Tiananmen, en China, y el presidente Saddam Hussein, ya había autorizado la invasión a Kuwait en agosto de ese año, y hoy, todavía colean sus ecos. No obstante, esa realidad exterior, no nos influía, gracias a la censura.
La alegría nuestra por estar festejando un cumpleaños después de comer en moneda nacional en el restaurante La Cabaña, no nos dejaba reflexionar que esa era la última vez que lo haríamos allí juntos, pues un tiempo después todo pasaría a ofrecer sus servicios en dólares, quizá profetizado por el performance de Aldo y sus amigos de Arte Calle... que años antes se pintaron todo el cuerpo de verde dólar y se metieron en las apetroladas y turbias aguas de la Bahía de la Habana que se intuyen en este foto.
Los actores de esta foto, son amigos íntimos y me reservo el placer de esconderlos a placer, quizás porque somos una generación de pérdidas y diáspora continua, y en este instante tengo el corazón endurecido, confuso y oscuro como el gris intenso del cielo de Barcelona que busca –también a placer- la caricia intensa del otoño.