Vivo en una ciudad, Barcelona donde el nudismo es un acto que se puede practicar de forma natural, sin ningún conflicto y autorizado por el ayuntamiento. Me sorprendí mucho la primera vez, hace diez años cuando en plenas Ramblas de Barcelona, donde suelen pasear los fines de semana alrededor de un millón de personas, ver a un hombre completamente desnudo entre la multitud, el señor que aparece en la foto al final de este texto. Pero no solo que fuera
desnudo, sino que este señor que rondaba casi los sesenta años, muchas señoras y jóvenes lo detenían para hacerse fotos con él, formando parte de la escenografía de las Ramblas como las estatuas humanas.
La diferencia entre el barcelonés nudista, y la Erica, es que ésta última, tiene 25 años, poca celulitis en las piernas, un pubis bien diseñado, una página web y, además, presume de ser artista fotógrafa y no exhibicionista. A este señor no le importa trascender en Internet, él hace uso de una libertad democrática que no tuvo de joven cuando la España, no democrática y dictatorial.
Me gustaría saber si la Erica tendrá el valor de salir con la misma edad de este señor a pasear su cuerpo por alguna ciudad del mundo o sus costas como sucede en las playas nudistas de Andalucía o en la Costa Brava donde las señoras contemporáneas del hombre desnudo de Las Ramblas lo hacen junto a sus hijas y nietas olvidándose de las monjas que les enseñaron a leer junto a un plan de estudios contaminado de ortodoxia religiosa.
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A Miguel Baluja Rodriguez le gusta esto (facebook)
ResponderEliminarNo creo que el plan de estudios ortodoxo impartido por las monjas estén contaminados. Es una pena argumentar de manera tan espinosa contra la creencia católica, porque jamás dará contestación o réplica sensitiva. Es rentable o barato hacerlo ¿Los demás credos en España plural y democrática de hoy, son también contaminantes?
ResponderEliminarPablo Rodriguez esa mujer asi se ofrece en sacrificio,es bella en su desnudez,me encanta
ResponderEliminarHace 15 horas · Me gusta (facebook)
Arsenio:
ResponderEliminarVerdaderamente, Erica Simone, tiene una salud estupenda. No hay más que verla en el escaparate que insertas en el inicio del artículo ¡Ahí va la niña, volando al cielo!Recorriendo jardines, yendo por rincones diversos hasta incubarse en las vías cibernéticas de su Nue-York específico; sitio tan singular como ella misma. Es estupendo transitar, respirar, hablar, mirar, vestirse y desvestirse con entera libertad. Mejor aún, con LIBERTAD, en mayúsculas. Circunstancia de identidad ésta que extrapolo, en el mismo sentido, al sexagenario que suele transitar desnudo por las Ramblas ¿Y por qué no han de hacerlo? ¡Claro que sí, hombre! El sistema es permeable, sin ósmosis encubiertas, ni atoramientos contra natura. El sistema se llama DEMOCRACIA, donde cualquier hijo de vecino/a, tiene los deberes y derechos tipificados en nuestra Carta Magna (Norma Normarum). Personalmente, hace como cuatro o cinco años, tuve la ocasión de cruzarme con el susodicho viandante desnudo por Barcelona y, de veras, que no me causó la más mínima ¿preocupación? Al que no le guste, mire para otro lado; o que cierre los ojos…
M. Horn
(No está todo el texto por ser demasiado largo, administradores del blog)
Patricia Menéndez Barcelona aprueba (02/05/2011) prohibir el nudismo y el seminudismo en las calles con los votos de PSC y CiU. El PP se ha abstenido. Ir desnudo por la ciudad se multará con hasta 500 euros y en bañador o prenda similar la multa costará entre 120 y 300 euros.
ResponderEliminarPablo Rodriguez esa ley es injusta con Erika y justa con el viejo de Barcelona.(
ResponderEliminarLo que me llama la atencion es que la chica no tenga seguidores.La ley no prohibe seguir a una mujer verdad ?
ResponderEliminarMi amiga Rosa dice que el adulto mayor tuviera un miembro viril chico no se luciria por verguenza del porte de ese organo.
ResponderEliminarasi venimos al mundo lo encuentro bien perfecto maravilloso
ResponderEliminarYo lo unico que puedo decir del hombre es que teniendo tan estupenda arma al frente, era de esperarse que lo ande luciendo con tanto garbo.
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