"Los dioses mueren jóvenes", dijo Nicolás Guillén tras la muerte de Benny Moré, el 19 de febrero de 1963. En el momento de su fallecimiento, a los 43 años de edad, el Bárbaro del Ritmo —como le llamaban todos —alcanzaba los índices más altos de popularidad en Cuba, México, Venezuela, buena parte del Caribe y en los Estados Unidos, donde en una de sus últimas giras (1956-1957) había sido invitado a tocar en la ceremonia de los Oscar, acompañado por la orquesta de Luis Alcaraz. Las publicaciones de la época cuentan que, cuando lo llevaron a enterrar a Santa Isabel de las Lajas, desde las cunetas de la Carretera Central brotaba la gente para saludar el cortejo fúnebre. Una vez llegado el féretro, fue despedido con un solemne rito funeral mayombero, con banderas para abrir los caminos y espantar los malos espíritus. Peregrinaje y conquista Hijo de Virginia Secundina Moré y de Silvestre Gutiérrez, Bartolomé Maximiliano, que fue el verdadero nombre de Benny Moré, fue el mayor de 18 hermanos. Su tatarabuelo, Tá Ramón Gundo Moré, fue aceptado históricamente como el primer rey que tuvo el Casino de los Congos en el barrio La Guinea, en Lajas, donde nació y se crió el Benny hasta que empezó a dividir su adolescencia entre Vertientes, Camagüey y su pueblo natal. Fue con los miembros del Casino que, el entonces joven Bartolomé, aprendió a tocar |