Contrario a lo que creen muchas personas, me parece bien que Pep se marche en la cumbre de su carrera como entrenador del Fútbol Club Barcelona, en un país donde nadie dimite por cometer errores políticos en masa y llevar a la catástrofe a muchas comunidades y pueblos; donde hay alcaldes imputados por delitos económicos que no solo no dimiten, si no que continuan en el cargo hasta que finalmente salen esposados de los ayuntamientos. Me parece ejemplar que, alguien que se siente cansado y con stress y admite no poder darlo todo por su trabajo, decida "plegar" (palabra muy usada en catalán y en tono feliz que significa que ha terminado el trabajo, al menos por hoy)
Cuando Pep llegó como entrenador del Barça en el 2008, el Bulli, dirigido por Ferran Adrià llevaba tres años consecutivos siendo reconocido como el restaurante número 1 en la gastronomía mundial. En el 2010, el también catalán, Ferran tuvo la valentía de anunciar que también "plegaba", y con él su restaurante El Bulli, dedicándose, desde entonces, a difundir como taller experimental los avances de la ciencia gastronómica.
Es un lujo vivir en un país donde, al menos dos personas de primer nivel, eligen descansar en el mejor momento de su carrera, dando paso a otros para que continúen su senda.
Sabiendo, además, que ni Pep ni su familia pasarán penurias económicas de ningún tipo, hace un año su contrato con el Barça fue renovado por 10 millones para una temporada y, antes, "solo" cobraba 7, 5 millones más las primas por los títulos que han sido 13/16 posibles en cuatro años, cifras realmente mareantes para la gran mayoría de los españoles, especialmente para los más de 5 millones de desempleados de este país. Del Gobierno, nadie dimite por esta cifra que dieron ayer pero que no tuvo los titulares de prensa de Pep, la cual no disminuye con la "austeridad Merkel", sino que cada día aumenta, a la vez que nuestros impuestos y el desprestigio de la economía española; se culpa al gobierno anterior y a ese fantasma que recorre el mundo y se llama Crisis.