Fotógrama del film, Memorias del Desarrollo.
La mirada de Sergio, es la mirada del exilio
No engaño a nadie si digo que tengo un ego como una casa. En España se dice, "no tienes abuela, o no te hace falta abuela"; eso es cierto, pero estoy convencido de que no soy el único cubano que se ha sentido el protagonista de la película Memorias del Subdesarrollo (1968), de Tomas Gutierrez Alea (Titón) mientras vivió en Cuba, y él otro Sergio de Memorias del Desarrollo (2010) de Miguel Coyula. Aunque él de Coyula vive en el exilio, en New York, este define a muchos emigrantes que han abandonado su país cuya cultura eran las bases de su dinamismo creativo. Si ha esto unes que él protagonista no ha vuelto a Cuba, Sergio es mi metáfora, o en la metáfora que te conviertes cuando pasas más de diez años fuera de tu país sin volver, donde la distancia te da un valor añadido a la mirada sobre el que fue tu país, y ahora sólo tienes la imagen que te dan los medios y algún viajero accidental.
"Memorias del Desarrollo se estrenó en el festival de Sundance del 2010 y luego obtuvo varios premios en festivales internacionales. La Guía de Cine Internacional la eligió como la mejor película cubana del año, y la describe como una de las mejores películas cubanas de todos los tiempos." Lo último siempre es un criterio arriesgado, no obstante, a mi me gustó mucho más que la mayoría del cine oficial y mediocre que se ha instalado en ese país en los últimos años. Donde el tratamiento de la sociedad cubana actual pasa por los mismos tópicos, de la jineteras mulatas, los extranjeros, la escasez, la música -siempre la misma- es un patrón común. Coyula busca hacer un resumen histórico de la decadencia de un país de forma velada y sublime.
"Memorias del Desarrollo se estrenó en el festival de Sundance del 2010 y luego obtuvo varios premios en festivales internacionales. La Guía de Cine Internacional la eligió como la mejor película cubana del año, y la describe como una de las mejores películas cubanas de todos los tiempos." Lo último siempre es un criterio arriesgado, no obstante, a mi me gustó mucho más que la mayoría del cine oficial y mediocre que se ha instalado en ese país en los últimos años. Donde el tratamiento de la sociedad cubana actual pasa por los mismos tópicos, de la jineteras mulatas, los extranjeros, la escasez, la música -siempre la misma- es un patrón común. Coyula busca hacer un resumen histórico de la decadencia de un país de forma velada y sublime.
Lo sorprendente de esta extraña continuidad cinematográfica, es el hilo conductor de la misma. Ambas, a pesar de estar separarlas por más de cuarenta años tienen como telón escenográfico nada menos que un país, Cuba donde aún permanece la misma falta de libertades individuales desde que tocaban los Beatles hasta el último disco de Gloria Estefan publicado hace unos días.
Si cuando el Sergio de Titón vivía en La Habana Fidel Castro comenzaba su andadura de represión de libertades censurando a Guillermo Cabrera Intante por defender la película doc PM (estilo Free cinema 1961) con él Sergio de Coyula, el hermano menor, Raúl Castro, se cargó El Festival de Rotilla en el 2010, sólo por actuar de forma diferente e independiente del Ministerio de Cultura.
Si Titón usa influencias cinematográficas europeas, francesas e italianas de los sesenta, Coyula se actualiza e introduce elementos postmodernos con recortes animados, documentales reales o de ficción, repetición de secuencias, una especie de barrroquismo muy inteligente para dar margen a contar el fracaso de tantos años clavados en un mismo deslugar por parte de la revolución cubana.
Llama la atención de Memorias del Desarrollo, es que su Sergio tiene claro que no podrá vivir más en su país, no obstante, no acaba de penar sus culpas por la nostalgia que le genera su país de origen. Tiene un desarraigo innato no por las carencias del lugar donde ha elegido vivir, sino por la incapacidad de sí mismo para borrar un pasado que le pesa demasiado.
A pesar de ser profesor universitario no se integra en la sociedad, flota por ella, la observa como quien mira el paradiso imperfecto de todas las sociedades, pero no entra en él. He conocido en París, La Habana, Madrid, New York exiliados con esta visión crítica, muy crítica de la sociedad en que viven, y siempre me preguntó, si es para mantener el paraíso de su país intacto o para no integrarse del todo y perder los recuerdos.
Sergio de Titón le decomisan todas las propiedades y a pesar de librarse de una clase media alta, que incluía a su mujer y todo su entorno a los cuales consideraba directamente idiotas, no se siente muy seguro a nivel social, pues la "plebe, el populacho, y la ideología marxista" no sólo se hizo con las riendas del país, sino que líquidó las libertades personales, dejando muy inseguros a quienes reclamaban libertades esenciales..
Sergio de Coyula, lo define mejor que yo, el filósofo Zygmunt Bauman en su libro "Miedos líquidos"...
"Los que vivimos en la parte más desarrollada del mundo, somos,objetivamente las personas más seguras de la historia de la humanidad. Esa seguridad en los modos de vida, libertades democráticas, confort, bienestar, alimentación, seguridad social, es el "llamado efecto llamada" hacia quienes viven en sociedades dictatoriales y con carencias típicas de países pobres.(...)
Los miedos nos impulsan a emprender medidas defensivas, y las medidas defensivas dan un aura de inmediatez, tangibilidas y credibilidad a las amenazas reales o putativas de las que los miedos presumibles emanaban. Sentirse abandonado en un país extranjero, inseguro de qué dirección tomar y sabiendo que nadie le ayudará a evitar un error no compartirá con usted la responsabilidad por las consecuencias es -una experiencia espantosa. La libertad sin seguridad no es una sensación menos terrible y desalentadora que la seguridad sin libertad. Ambas son situaciones cargadas de amenazas y miedos; constituyen una especie de remedo de la alternativa entre el fuego y las llamas."
Quizás lo único que me pareció extraño en toda la película fue el uso de canciones de Bola de Nieve, de quien soy un admirador confeso, pero en la banda sonora de esta película me sonó demasiado desfasado, no sabría explicarlo, hay música y músicos compositores cubanos a pasto desde Gonzalo Ruballcaba, hasta Habana Abierta, pasando por Inteactivo y regresando a Quesada o Xiomara Laugart o volviendo a Danay Suárez con textos y voces extraordinarias como para seguir varados en los años sesenta para diseñar bandas sonoras y sobre todo la última canción que se queda como imagen sonora de la peli, no obstante, es respetable su decisión.
En fin, si yo no hubiese visto esta película hace unos días en la Muestra de Cine Independiente Cubano de Barcelona, no estaría tranquilo si me gusta el cine diferente, de autor.