¿Es erótico llevar un libro entre las piernas? En este caso, sí. Y me explico. Antes esta mujer que iba vestida correctamente: bolso Luis Vuitton marrón claro combinado con las botas, los ojos y el cabello, este último podría decir que era castaño oscuro; estaba leyendo cerca de mí en el vagón del metro y ni el grosor del libro y su interés la hacia parecer interesante. Jamás hubiese mirado el contorno de sus piernas ni la sutileza de poner el final del pantalón dentro de las botas para acercarse al estilo Robin Hood.
En cambio, cuando se puso el libro entre las piernas de frente, cercano al pubis, por la espalda -el lector puede verlo-, advertí que el título podría ser Las Mil y una noches... No obstante, lo que lo hacía más Eros era que se iba alejando del punto de partida, justo la cualidad más importante del erotismo, el instante en que se muestra y se aleja. Lo haga sinuoso e inalcanzable, en este caso no buscaba la oscuridad, sino la luz del Passeig de Gràcia.
El escritor Enrique Vila-Matas, el día que lo conocí, me contó el mito literario de que en el Paseig de Gràcia podías hasta encontrar las historias más increíbles que le pueden suceder a un escritor alerta, incluso él se ha encontrado escritores ya fallecidos.