"Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?"
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?"
Brenda Ruiz, reescribe este texto de Sor Juana Inés de la Cruz y Colette (mi dibujante predilecta y asidua colaboradora de este blog) había hecho este dibujo. Una en Italia y otra en México. No se conocen y sólo sabrán de ellas cuando publiqué este post que las une. Nunca me había pasado tal fusión de imagen de un texto y un dibujo. Brenda desconoce mi pasión infinita por Sor Juana tras leer en La Habana, "Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la Fe," del poeta mejicano Octavio Paz.
La imagen de Colette está en otoño, pero su mirada es desafiante y parece de verano. Tiene una luz en los ojos tan atractiva que echa humo por los labios. El humo al leer el texto de Brenda "¿para que me enamoras lisonjero, si has de burlarme luego fugitivo?" Es la metáfora del hombre que aperece cuando le sale de sus entrañas y no está dispuesta aceptarlo. Ella tiene ovarios. Y éstos nunca fueron simples.
Brenda omitió interesadamente, la primera parte del poema, quizás como hacen los regímenes totalitarios. Y quizás esta parte y la mirada de esta mujer roja con luz larga en los ojos parece decir:
"Detente, sombra de mi bien esquivo
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo."
No todo lo virtual es bueno. Pero a veces quien escribe y aspira a cierta virtud literaria suertes...