jueves, 24 de diciembre de 2015

Sevilla nombra Antonio Machín a una de sus calles

Ver en el tranquilo Barrio de la Cruz Roja, de Sevilla, una calle con el nombre de Antonio Machín, me ha dejado literalmente aplastado. Cuando se es cubano y se vive por estos lares, casi siempre, al conocer a alguien, se evoca a Machín. No es casual que todavía se escuche un refrán que dice: Estás más loco que las maracas de Machín.

Antonio Machín

Para aumentar mi desconcierto, cuando le hacía fotos a las hermosas losas en blanco y negro que recogen su nombre, un señor afectado por mi cámara, me dijo: Seguro eres paisano de Machín. Enseguida me señaló el sitio exacto donde estaba ubicado el chalet que el sonero habitó un tiempo, justo en la esquina de la Avenida de la Cruz Roja y la ahora con su nombre recién estrenada calle, antes llamada Manuel Mateo, que hacía alusión al primero que se construyó un chalet en este barrio, hoy lleno de inmuebles, por aquel tiempo repleto de huertas y muy pocas casas sevillanas.

El señor me contó que Machín vivía aquí con su suegro, padre de Isabel Rodríguez, su mujer sevillana, y que mientras no cantaba paseaba a su perro Chocolate por el barrio. A él le impresionaba lo bien vestido que siempre iba. Por aquella época sus padres decían que cantaba en un café en la calle Tetuán y que luego cantó en el Casino de la Exposición de Sevilla. Este señor, Diego, de más de sesenta años, me tararea en el bar donde me lleva para contarme su experiencia con Machín, sus canciones más importantes, que él escuchaba por la radio: Dos Gardenias, Angelitos Negros y Toda una Vida. Después de tomarnos una cerveza me confiesa…

No te enfades, pero Antonio Machín y su hermano Hugo, que era fontanero y tenía una fontanería en la calle Águila, fueron los primeros negros que yo vi en mi vida, y eran muy decentes.

Este encuentro en la calle con una persona anónima pero con el recuerdo vivo de nuestro músico, reafirma una idea del periodista cubano Bladimir Zamora , quien escribió: A Antonio Machín se debe la permanencia en la memoria del español medio, de la sensualidad de nuestros ritmos.

Este respeto que le muestra esta ciudad a un músico cubano muerto hace 24 años en Madrid, y enterrado por su deseo en Sevilla, donde cada año los músicos que vienen al encuentro del Son y el Flamenco, desde 1994, le echan ron a su tumba de mármol negro y le cantan boleros, debería ser tomado en cuenta por varias ciudades de Cuba, donde muchas tumbas de músicos y artistas aún no tienen ni nombre, y donde no hay una calle en Santa Isabel de las Lajas que se llame Benny Moré, ni una en Güira de Macurijes con el nombre de Arsenio Rodríguez, y mucho menos con el de Maria Teresa Vera, Olga Guillot, La Lupe, Dámaso Pérez Prado e Ignacio Piñeiro, quien escribió:

Una linda sevillana/ le dijo a su maridito: me vuelvo loca chiquito/ por la música cubana/ Suavecito, Suavecito es como me gusta más/

Es realmente notable el hecho de haber destinado hace poco un parque en La Habana a homenajear a John Lennon, iniciativa que aplaudo pero que cuestiono. Mientras tanto, tienen que ser los de afuera quienes bauticen sus calles con nombres de músicos cubanos. Si la memoria no me traiciona, fue en Miami donde se comenzó esta iniciativa hace unos años, con Celia Cruz. ¿Será casual que ni Celia ni Machín hayan vuelto a regresar a Cuba?

Texto publicado en :
c u b a e n c u e n t r o . c o m
Encuentro en la red - Diario independiente de asuntos cubanos
Año II. Edición 126. Lunes, 28 mayo 2001
En clave

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El Gospel de Take 6: He is Christmas. Canciones de Navidad y yo.


Probablemente Take 6 fue el grupo coral que más me marcó cuando vivía en Cuba. ¿ No los conoces? te cuento rápido... Son de Alabama, se fundaron en 1985, ¡hace 30 años!, en una iglesia protestante. Cantan gospel urbano y han ganado 10 Grammys y cantado con  Steve Wonder y otros grandes del soul y el jazz.

Realmente sus canciones de navidad  fue lo primero que me impactó de ellos  sin tener nada que ver con la tradición navideña que fue inexistente a nivel social en esa isla verde y socialista llamada Cuba donde nací y crecí antes de irme.
En lo privado muchos intentaron mantener la navidad  a escondidas. Hasta que apareció el Papa  Juan Pablo II, en 1998. Un año después me fui yo y no he vuelto. Desconozco si la Navidad a vuelto a las calles de La Habana o sigue solo en ámbito privado.
Grupo Take 6.

Maya en mis brazos en la calle por primera vez...Navidad


Maya nació en el Hospital de San Pau el 23 de julio del 2008. El hospital es una de joyas modernistas de la arquitectura catalana,  que ese día  no significaba absolutamente nada para mí, cuando salí del hospital con una joya que me miraba de asombro y amor incondicional...
La Navidad es algo que uno asume por cultura y tradición si vives en el mundo occidental, esa misma Navidad al menos en mí, cambia cuando tienes la experiencia de un hijo; este día se convierte en un segundo nacimiento, o en tu nacimiento personal, pues el recuerdo de quien vive esa experiencia maravillosa de cargar con ese trozo de carne  viva, te viene una otra vez, incluso cuando no la tienes cerca de ti. 
Ahora, además de mirarme, me habla,  toca música para mí, monta en patines, sonríe y se emociona con nuestras canciones con la misma singularidad con que ayer la media luna menguante nos mira.
Un beso para mi niña; y para los hijos de mis amigos y seguidores que disfrutan con este movimiento de luz entre sus brazos.