Esta flor me la trajo Ofelia de Miami. "Amiga de otra amiga" que vive allí llamada Inge, que nos envió este detalle a mí niña de este lado del mar.
Fue mi hija la que la puso en el parabrisas para que conociera Barcelona justo al amanecer de esta ciudad acostada frente al mediterráneo a punto de amanecer, cuando la llevo al cole.
Le debo a Inge, que mi niña haya hecho una versión a lápiz de esta flor como metáfora de ella misma y me pusiera a su lado con cabeza de corazón incluido en el dibujo al final del post.
Inge, no sabe que yo le había traído de Florencia a Maya un Pinocho con el mecanismo idéntico a la flor.
Destacó la flor, pero a mí me tocó un dulce de guayaba; marca "Conchita." Un mensaje directo a mí adn de nacimiento en el gusto de un país, aquella isla donde nací, y no he vuelto, hace 17 años, no instantes de esta primavera.