Por fin, se ha descubierto en quién se inspiró Miguel de Cervantes para crear el personaje más atractivo de la literatura universal Don Quijote. Se llamaba: Agustín Ortiz y la Inquisición lo condenó por batirse con unos Molinos de Viento y creerse hidalgo en el s.XVI. Lo descubrió José Escudero en Cuenca leer el documento siguiente:
"Y se lió ese hombre a espadazos contra una cruz clavada frente a los molinos, maldiciendo a quienes se metían con él por ser humilde barbero. Los amenazó con su arma como ya había hecho otras veces, creyéndose señor. Pero todos en "El Toboso" sabían que su sangre era bastarda y conocían ya sus ansias de venganza. Por eso ningún escudero le guardó las espaldas ni hubo mujer que lo amara. Y fue así que un día creyó ver gigantes en los molinos. Lo arrestaron y juzgaron como a hereje. La sentencia del Tribunal de la Inquisición dijo así él: 'que atacaba los molinos no fue caballero, ni hidalgo, tampoco señor. Tan sólo un pobre loco del que todo el mundo se reía."
Esta podría ser la historia verdadera de Don Quijote, que nos llega ahora, 400 años después de la desaparición de Miguel de Cervantes, a través de un personaje histórico hasta ahora desconocido. Se llamaba Agustín Ortiz y era un hombre de carácter indómito e irascible que vivió muy cerca de El Toboso a finales del siglo XVI. Fue hijo bastardo de caballero, humilde barbero con ínfulas de hidalgo, persona de genio proclive a las reyertas y contumaz coleccionista de derrotas.
Agustín Ortiz ha sido descubierto recientemente por el investigador "Javier Escudero" en un documento del Archivo Diocesano de Cuenca que lo sitúa en el centro de un proceso inquisitorial a raíz de una contienda frente a los molinos de El Toboso.
"Llevo años buceando en los archivos de varios municipios manchegos en busca de nombres, apellidos y personajes que pudieron inspirar el relato de Cervantes", cuenta Escudero a Crónica. "Pero el hallazgo de Agustín Ortiz supera con creces cualquier paralelismo que se haya hecho del ingenioso hidalgo hasta la fecha".
La crítica cervantina ha reconocido en las páginas de El Quijote a varios personajes reales de la España del siglo XVI, como Jerónimo de Pasamonte, Pedro de Cárdenas, Agi Morato, el doctor Torralba o Roque Guinart. La tesis de Escudero, sin embargo, va un paso más allá al sugerir que el caballero de la triste figura pudo ser, en realidad, un figura de vida triste.
En esos términos, más o menos, describe el atestado inquisitorial a Agustín Ortiz. De sus páginas manuscritas se desprende que fue hijo ilegítimo de Miguel Ortiz, Caballero de la Orden de San Juan. Su apellido lo vincula con una familia de abolengo de La Puebla de Almoradiel, municipio muy cercano a El Toboso, pero los oficios que desempeñó (alguacil, barbero...) y sus delirios de hidalguía sugieren unos orígenes bastardos.
De otro modo, alguno de sus familiares se habría personado en el proceso abierto contra él por "atacar los molinos de viento y su cruz".
Los hechos recogidos en el documento ocurrieron en El Toboso una mañana incierta de 1594 o 1595. "Sabemos que Agustín fue a moler grano y que en el camino se topó con Pablo López y Pedro de Morales", explica Escudero. "Tras una acalorada conversación, y en lo que podría considerarse un airado ajuste de cuentas, Agustín desenvainó su espada y comenzó a hacer astillas una cruz de madera que había junto al molino".
-¡Mirad cómo corta mi espada! -les amenazó Ortiz de acuerdo a la transcripción del acta.
-Quitaos de ahí, ¿estáis tonto? -respondió Morales- ¿No veis que es una cruz?
-¡Mirad cómo corta! -insistió aquél mientras se desfogaba con dos vigas de madera de humanas proporciones, según los testigos.
-Mira que es mala la cristiandad -intervino López.
-Eso no se puede hacer, ¡hombre del diablo! -añadió Morales.
-Los molinos os están mirando...
No está claro si la última frase la pronunció López o Morales. Tampoco si por "molinos" se refería el denunciante a los "molineros" que, escandalizados por el alboroto, se habían asomado a las puertas y ventanas para presenciar la pendencia, según recoge el documento oficial. Pero no hace falta haber leído El Quijote para reconocer en el ensañamiento de Ortiz contra la cruz uno de los pasajes más celebres de la novela: aquel en el que Sancho Panza advierte a su señor sobre la verdadera naturaleza de los gigantes contra los que el caballero cree estar batiéndose....
He sido investigador en el Archivo Nacional de Cuba durante tres años. E imagino la felicidad de este investigador por semejante hallazgo histórico. Leo esta noticia en plena noche de superluna y la fotógrafa "Miriela" pone esta imagen maravillosa de un "Molino batiendo a La Luna,!;@" que ababa de hacer, como si supiera que yo estaba obligado a difundir esta noticia pérdida en tanta realidad basura y desinformación sin sentido.
Ha estos dos azares se une el hecho de haber escrito y publicado una introducción para "El Quijote en Barcelona" para la editorial Linkgua. Que me obligó a releer no sólo este libro sino a Miguel de Cervantes convirtiendome en un modesto cervantino más. Pues leer a Cervantes tras recorrer en coche casi toda España es un lujo ibérico.
Autora de la Foto Miriela.
Copia del documento de la inquisición encontrado por Escudero y que demuestran con hechos su hallazgo.