Esté buen músico africano lo encontré tocando esta excelente melodía con guitarra en la plaça Sant Felip de Neri de Barcelona. Juro que le daba un sonido de Griot.
Habían pasado la media noche. Él estaba sólo yo iba con Radamés. Salimos de la cocteleria del The Wittmore festejando su retorno de New York tras casi un año allí.
Soy tan torpe que no le pedí el nombre a este músico cuya melodía hacía homenaje a los muertos de esta plaza con toda seguridad... Es por su encuadre y dinámica arquitectónica de las más bellas del gótico barcelonés y la que más me gusta de esta zona por la economía de la luz que dramatiza más este espacio histórico.
La plaza de San Felipe Neri (en catalán plaça de Sant Felip Neri) recibe el nombre de la iglesia homónima de estilo barroco que la preside. Está, en el distrito de Ciudad Vieja, y más concretamente en el barrio del Call y San Felipe Neri.
La plaza se erige sobre el antiguo cementerio medieval de Montjuic del Obispo, destruido durante la Guerra Civil Española.
En la paredes de la Iglesia de San Felipe Neri todavía se pueden ver los reductos de la metralla de una bomba lanzada por la aviación del bando sublevado durante la Guerra Civil. Fue el 30 de enero de 1938 cuando el artefacto explotó donde ahora está la plaza y provocó cuarenta y dos víctimas mortales, la mayoría de las cuales eran niños que habían ido a refugiarse en el subterráneo de la iglesia y que murieron a causa de la deflagración.
En la paredes de la Iglesia de San Felipe Neri todavía se pueden ver los reductos de la metralla de una bomba lanzada por la aviación del bando sublevado durante la Guerra Civil. Fue el 30 de enero de 1938 cuando el artefacto explotó donde ahora está la plaza y provocó cuarenta y dos víctimas mortales, la mayoría de las cuales eran niños que habían ido a refugiarse en el subterráneo de la iglesia y que murieron a causa de la deflagración.
Esta plaza siempre me emociona cuando paso por ella. Hoy esa emoción tenía banda sonora.