viernes, 14 de abril de 2017

Visita al cementerio de Arenys de Mar, Sinera o pequeña patria para el poeta Salvador Espriu.


"Allunyat en abismes,
On el rostre m 'espera,
M ' atanso a veure 'm
Quan l 'ombra endisa
El pur cristall, em sento
En silenci somriure."
Salvador Espriu

Nadie es aficionado a la muerte. El hombre, ya sabemos, es un ser para la muerte. Nacer en una ciudad como La Habana, donde el Cementerio de Colón es parte de la ciudad y el barrio donde nací, que atraviesas para hacer vida social y educativa... Lo más normal es acostumbrarte a caminar entre lápidas. Luego llegué a París (1999)  y sus cementerios se convirtieron en ceremonia y ritual de mis paseos, como monumentos museables de muertos ilustres de esta ciudad aunque no nacidos en ella todos. 
Bruselas, Lisboa, Sevilla (con Avellaneda y Machín dentro) Praga y Madrid...en fin.

A pesar de esta cultura de visitas a cementerios,  nunca había visto uno como este. Lleno de poemas  de Salvador Espriu. Quien junto a Martí i Pol, son mis dos predilectos poetas que solo he leído y releo en lengua catalana.
He venido aquí arrastrado por su libro; por el recuerdo de una cantata de Espriu de la mano de alguién que acariciaba el lienzo como a mi propia piel. Una cantata en formato de jazz tocada por la 'Locomorora Negra' excelente.  También por homenaje a los muertos horizontales de este pueblo. Enterrados casi en una nube por encima del mar. "Quina petita pàtria encercla el cementeri! Aquesta mar, Sinera..."  Que desde cualquier ángulo del cementeri entra el mar entre los xipreses como en la isla donde nací. 

Ahora se convirtió en obligatoriedad al enterarme  de  la bella historia de amor de un cubano estudiante de medicina: Rafael Martínez,   en el siglo XIX,  a  quien  los padres de su amada novia: Emilia de Rovira i Presas, de familia pudiente, no le dejaron tener relaciones con ella por ser pobre y estudiante. 
Él se fue a Cuba, a Santa Clara,  se hizo muy rico, pero al volver ella había muerto de amor según crónicas de la época.  Y él le hizo uno de los mausoleos más bellos, pero aún así la familia de ella no quiso que ella decansara en el mármol de este cubano, que pasó 'cien años de soledad' (108 años)  vacío hasta que una iniciatica popular que apoyó el alcalde,  han accedido a poner sus restos allí como quería Rafael. No sé si Espriu conocía esta historia. Pero estos versos del libro "Cementeri de Sinera Les Hores," parece evocarlos...

"La teva mare canta una canço
La vella historia trista
D' un gran amor"

Para un poeta ir a un cementerio con una guía de poemas traídos por una Rosa, en primavera, es vital para jugar vivo de pura vida por encima de la tristeza. Es sin duda fecundación in vitro post mórtem: 'Em moro perquè no sé com viure'... 


"Alejado de  abismos,
donde el rostro me espera,
me acerco a verme
 Cuando la sombra adentra
El puro cristal, me siento
En silencio sonreír"
Salvador Espriu 

Escultura modernista de Josep Llimoná
Tumba Emilia de Rovira i Presas
Mausoleo de Emilia de Rovira i Presas hecho por el cubano Rafael Martínez.
Lápida blanca de Salvador Espriu. Poeta.
Dios no cabe en un libro dice Nawal el Saawil, una escritora egipcia. Pero este Cementeri de Arenys, sí.


Nota:
"Sinera es el anagrama de Arenys de Mar el pueblo de donde era original la familia Espriu y donde pasaban todos los veranos. El poeta mitificó este mundo, recurso que también han utilizado otros autores con el fin de tener un correlato objetivo donde situar todos los elementos de su obra.
Algunas de sus obras llevan por título el nombre de Sinera, como es el caso del libro de poemas CEMENTERI de Sinera."
Los versos en catalán incertados todos son de Espriu. La versión en castellado del poema que abre el post es mía.


Este post está dedicado a la fotógrafa "Dolors Gisbert Viñolas" por su cumple hoy.●