Hace un año... Salimos de Marseille a Nice mi hija y yo cayendo la tarde. En ese instante escribi: "No hay tarde más bella que viajar en tren con tu hija por el Mediterráneo de Marseille a Nice."
Los trenes me gustan demasiado. Pero hoy 13 de agosto no tengo lágrimas aunque estoy triste. Es mi último día de vacaciones con mi hija. Siendo un padre separado, eso tiene un valor, que solo lo sabemos los padres separados que sentimos tener un corazón fuera del cuerpo que llamamos hija.
Los trenes me gustan demasiado. Pero hoy 13 de agosto no tengo lágrimas aunque estoy triste. Es mi último día de vacaciones con mi hija. Siendo un padre separado, eso tiene un valor, que solo lo sabemos los padres separados que sentimos tener un corazón fuera del cuerpo que llamamos hija.
Creo que la mejor metáfora para definirlo es: 'No tengo lágrimas'... la impotencia genera escacez. Lágrimas claras, en mi piel oscura: negra.
Hoy o en realidad, mañana. Ser feliz volverá a reducirse a escuchar su voz inocente a través del móvil (que no siempre está disponible) y aguantar el deseo de correr hacia ella cuando me diga: te echo de menos pápa. Y volver a esperar el compás de tiempo para quedarnos juntos cada 15 días.
Ahora está durmiendo y a punto de amanecer. Hemos pasado 24 días juntos entre playa, piscina, flauta y djembe... y ¡novedad!... Hemos hecho un palo de lluvia juntos. Ahora ese sonido de lluvia hecho con arroz encarcelado en un tubo de cartón, estará asociado a otra lágrima. Que es el recuerdo de haber sido feliz.
Y créeme, ser feliz con tales elementos básicos de la naturaleza: una hija, el agua, el sonido, el arroz y cocinarle cada día, es algo bestial.
Y créeme, ser feliz con tales elementos básicos de la naturaleza: una hija, el agua, el sonido, el arroz y cocinarle cada día, es algo bestial.
Es cierto, mi silencio mañana en esta casa cueva de libros, será una lluvia con volumen alto. El estado o hábitat de un poeta. No te asustes.