Peggy y Sarah, amigas francesas de París y Marseille me llevaron de la mano a la Plaza de la Concordia en el barrio de les Corts.
No conocía el maravilloso encanto de esta plaza en Barcelona. Y mira que presumo de conocer esta ciudad pero siempre algo se escapa a nuestro tránsito habitual o rutina. Me encanta que me descubran siempre nuevas iluminaciones de esta ciudad donde vivo y escribo.
La comida, el ambiente de jazz tenue de "Las Maravilla," las farolas de luz amarilla, la casas bajas de la plaza como unidad arquitectónica que parece un pueblo, hace de este lugar algo especial y único. Al que volveré.