Un texto publicado en el "Instituto Cubano de Ciencias Culturales de la Diáspora" el 31. 12 2017. Es la base de la Charla que ayer dí en Casa Teatro Art, del eixample que dirige Malena y Miquel Marin.
Me invitaron a dar las novedades del libro que escribo sobre estas influencias de Cuba-Catalunya y viceversa. Que tomó fuerza el 13 de Octubre del 2017 cuando impartí una conferencia en el "Centro Cívico de La Sagrada Familia" que auspició Òmnium cultural como parte de las fiestas del barrio dedicada a destacar los vínculos de Catalunya y Cuba.
Un placer para mí hacer este ejercicio de mostrar un trabajo "in progress" en patalón corto y verano. Sin rigidez, en libertad y entre amigo y nuevos...
De todo esto y otras muchas cosas hablé ayer
Aquí casi 20 minutos de esa charla para quienes no pudieron venir. O están del otro lado del Atlántico.
Mi vínculo o azar con Catalunya....
De niño en la barriada donde me crié en La Habana, íbamos a jugar a un edifició que tenía un ascensor singular… El edifició se llamaba: Sarrà. Estaba en 23 y 12 y en los bajos un homeless se hacía llamar el caballero de París.
Luego crecí, y un día en el cole, nos llevaron a una fábrica de “tabacos” llamada Partagás, donde vi torcer “puros,” por primera vez en mi vida; allí un señor leía desde un pulpito, novelas antiguas y contemporáneas: era el “lector de tabaquería” que implantó Partagás con nómina incluida… Fue lo primero que quise ser, Lector de tabaquería.
Me he casado una sola vez en Cuba. Y la madre de mi hija vivía en La Habana Vieja, Colonial, donde el edifició más alto y más elegante se llamaba Barcardí, a quién todos atribuían el invento del ron. Ella, antes de Licenciarse en Farmacia, hacía prácticas en los laboratorios de productos farmacéuticos: Sarrà, llegó a ser la farmacia más grande del mundo en el siglo XIX.
Yo que estudiaba historia en esa época al repasar los presidentes de la república en Cuba descubrí a los presidentes hijos de catalanes: Ladero Brú/Prio Socarràs/ y Grau San Martín… Habían sido presidentes entre 1936 y 1952. O sea, Sarrá, Partagás, Bacardí, Brú, Socarrás, Grau y el modernismo arquitectónico, que inunda muchos edificios habaneros y gran parte del 1er tramo de El Malecón, no era algo catalán para mí. Eran y son parte de la realidad de mi país, de la parte cubana que formó mi personalidad; que cuando llegué a Barcelona hace 15 años, ese “universo de apellidos catalanes” cobró un sentido de realidad de un lugar específico: Catalunya.
Mi niña nunca ha ido a Cuba pero cuando pido crema catalana en Barcelona, siempre le digo que yo en La Habana también la tomaba de niño, pero allí le decíamos: natilla quemada.
Los catalanes no solo se trajeron el dinero de allí para impulsar el modernismo catalán en Catalunya junto con la ‘Havaneres nostálgicas’. Allí crearon y consolidaron, el eje de la economía colonial, republicana y revolucionaria que define a la Cuba de hoy… Cuyos vasos comunicantes son mi definición de la cubanía, dejo testimonio aquí.
Una canción del grupo de rap Orishas decía:
A lo cubano
Botella de ron
Tabaco Habano
Botella de ron
Tabaco Habano
Donde dice Ron = léase Bacardí. Donde dice Tabaco = Léase Partagás y casi a ningún cubano le parecerá catalán, sino Cubano.