martes, 4 de septiembre de 2018

El ritmo cubano chachachá necesita ser rescatado. El grupo Son de la Rambla hace un popurrí exquisito.

El auge de Compay Segundo, Omara Portuondo, Ibrahin Ferrer, Vieja Trova Santiaguera, y Casa de la Trova de Santiago de Cuba... que en los últimos veinte años ha sacado a las luz cientos de canciones tradicionales cubanas, boleros y sones que andan en bares y salas de toda Europa, ha contribuido a olvidar que existe también el chachachá, ese ritmo popular y pegajoso de los años cincuenta que fue la banda sonora de millones de cubanos, mejicanos, colombianos y venezolanos. Sin olvidar, su impacto en New York y en Europa.

A nivel familiar es imposible no pensar en mi infancia y adolescencia habanera sin pensar en mi madre tarareando chachachás que pasaban en la radio.
En cambio, hoy se escucha poco, o casi nada. Y el grupo de catalanes que forman Son de la Rambla, el pasado sábado en Harlem jazz café,  me recordaron a mi madre en casa cantando:

a Parado y Neptuno
/ Iba una chiquita/ 
que todos los hombres/
La  tenían que mirar.../

Para más énfasis, mi amiga actriz y costurera: Yaneys Cabrera, subió al escenario a bailar chachachá.

Ya sé que 'Son de la Rambla,' no tiene formato de charanga,  que es el idónio para tocar chachachá, (las pailas y los viines son fundamentales)  pero hacerlo desde el conjunto instrumental de sexteto de son,  yo se lo agradezco infinitamente,  y le pido que lo sigan haciendo. Podeís mirar el vídeo.


Tino Pi: tres y voz Antonio Vázquez: voz y maracas Juan Cambra: guitarra Antonio Castejón: guitarra y voz Jordi Torrano: bongo y campana Luis Pantin: congas Carlos Romagosa: claves Carlos Quesada (bajo)

Nota.
CHACHACHÁ.

Fue creado por el violinista, director de orquesta y compositor cubano Enrique Jorrín (1926-1987) en 1948. El primer chachachá que sonó fue 'La engañadora' de Enrique Jorrín, que data del 1948 y fue un éxito enorme en el año 1953. Chachachá. Es un nombre onomatopéyico dado por el sonido de los pies al arrastrarlo mientras danzas.

Mi olor se quedó en tu pelo... ¿dudas en lavarte el cabello?



No hay una fórmula para lograr que tras una noche
Tu olor se quede como seña de identidad en el cabello de alguien
¿Quién  fue la o él  responsable de que tanto sudor  del verano 

y dos cuerpos quedará atado a tu cabello?
Al punto de dudar en la obligatoriedad de tenerlo que lavar
Pues tras dos días durmiendo con ese olor que dejas caer en tu frente 

cada noche antes de dormir
Temes no volver a conciliar el sueño cuando desaparezca y recupere el olor 

a champú de cada día 
o al suavizante de la misma marca.

•Prefereix tenir el cabell brut a treure't la meva olor. Aquest gest ja és un vers• 

Quedar convertido en metáfora de un olor es una virtud y me recuerda 
mi visita al museo romano de Sevilla en el Parque de María Luisa. 
Dónde, además de las esculturas encontradas en  Itálica, ciudad romana de Sevilla que dio dos emperadores a Roma, Adriano y Trajano, 
habían unas cajas con hierbas de esa época que juntas para oler
uno podría recordar el olor de hace dos mil años.
En La Habana construí un verso influido de Lezama que portaba un neologismo suyo que quizás sea el origen de este poema:

"los olores son una gente increíble... 
mientras se quedan lentos en la piel
y cariciosamente alados..."


Para J.