"Dormía desnuda después que ambas habíamos limpiado el albergue, su desnudez la hacía más inocente envuelta en el silencio y la calma. Aquel reposo estético anterior a la comida formaba parte de la atracción diaria que generaba su cuerpo al saber que su costumbre era desnudarlo bajo las sábanas.
El sueño va acompañado de esos jirones leves e inconscientes, cuando se adormece la carne que va entre la carne. Este modesto trastorno de posiciones y la corta longitud de pliegues de (sigue aquí el libro)
Reseñas sobre el libro:
A decir de Margarita Mateo sobre estos diez cuentos, Arsenio Rodríguez suele escribir con la voz de otro, quebrando desde el fondo de su apropiación la ilusoria testimonialidad de su escritura. Estos relatos presentan por lo general una voz femenina que deviene máscara del autor en su acercamiento a la experiencia ajena, camuflando el testimonio directo. Poco o mucho habría que agregar a estas afirmaciones, en dependencia de lo que se quiera indagar o establecer. Es el propioArsenio Rodríguez quien lo desliza al final del cuento que se cierra La caída y otros deseos: (…) cuando una joven, cree que ha intentado lo más difícil, sabe que ha tenido la ilusión de vivir en peligro, aunque su existencia haya sido silenciosa y la sucesión de su oleaje haya sido manso. Después que pasé la beca, los jóvenes con que he compartido la soledad que me rodea, sólo se acercan, se alejan, y se vuelven como elementos de otra historia.Margarita Mateo Palmer, Contraportada de la ed, Cuba año 2000.
"La caída y otros deseos - premio Calendario 1998- de Arsenio Rodríguez Quintana (Ciudad de La Habana, 1964) pudiera ser, a modo de ejercicio, un punto de partida para pincelar lo antes referido. Pero sólo un punto de partida, pues tampoco un ejercicio alcanza la suma de puntualidades necesarias para construir (prefigurar acaso) una cartografía crítica.
Arsenio Rodríguez, como muchos otros narradores que en su momento la crítica (o la ausencia de esta, qué más da) sindicaría como “hornada de los posnovísimos”, y que una parte de ellos fueron recogidos en la antología El ánfora del diablo (que su compilador, Salvador Redonet, no pudo ver en vida) llegarían, en pleno arrecio del período especial, a la literatura cubana para quedarse. Esto es, hoy, un hecho. Tanto por la polémica desatada entorno al fenómeno conceptual de posnovísimos, como por los temas emergentes que trataban y la innegable impronta literaria que rezumaba la mayoría de estos autores.
Más allá de que la promoción de sus obras fue (y es) ineficiente en detrimento de un “período literario”, digamos que la “suerte” de Arsenio Rodríguez correría otros derroteros gracias a que La caída y otros deseos se alzara con el premio Calendario. (...)
No se trata de maximizar la importancia del premio, sino de que este propició visibilizar, en alguna medida, la estatura narrativa de un autor que hasta ese instante, y a instancias de la crítica (o la ausencia de esta, qué más da) estaba suscrita a las muros y arquitecturas de aquella “hornada de los posnovísimos”.Lo cierto es que, La caída y otros deseos revela la eficacia de su autor en el tratamiento de los temas, y aun cuando un premio no es más que un fragmento de historia escrita a ciegas hay claves que vislumbran a este sólo libro, no para establecerlo como el clímax, pero sí para inscribir a su autor como un narrador de recio oficio. Más allá de otras indagaciones a destiempo, por supuesto.
Reseña de "La Caída y Otros Deseos" publicado en la web © Asociación Hermanos Saíz. 2010.
(Des)h ojeando el Calendario
Dossier de reseñas de libros publicados en la colección Calendario tras obtener el premio homónimo de literatura convocado anualmente por la Asociación Hermanos Saíz
Por: Jorge Enrique Rodríguez
Puedes encontrar todos los cuentos en AMAZON
"La caída y otros deseos - premio Calendario 1998- de Arsenio Rodríguez Quintana (Ciudad de La Habana, 1964) pudiera ser, a modo de ejercicio, un punto de partida para pincelar lo antes referido. Pero sólo un punto de partida, pues tampoco un ejercicio alcanza la suma de puntualidades necesarias para construir (prefigurar acaso) una cartografía crítica.
Arsenio Rodríguez, como muchos otros narradores que en su momento la crítica (o la ausencia de esta, qué más da) sindicaría como “hornada de los posnovísimos”, y que una parte de ellos fueron recogidos en la antología El ánfora del diablo (que su compilador, Salvador Redonet, no pudo ver en vida) llegarían, en pleno arrecio del período especial, a la literatura cubana para quedarse. Esto es, hoy, un hecho. Tanto por la polémica desatada entorno al fenómeno conceptual de posnovísimos, como por los temas emergentes que trataban y la innegable impronta literaria que rezumaba la mayoría de estos autores.
Más allá de que la promoción de sus obras fue (y es) ineficiente en detrimento de un “período literario”, digamos que la “suerte” de Arsenio Rodríguez correría otros derroteros gracias a que La caída y otros deseos se alzara con el premio Calendario. (...)
No se trata de maximizar la importancia del premio, sino de que este propició visibilizar, en alguna medida, la estatura narrativa de un autor que hasta ese instante, y a instancias de la crítica (o la ausencia de esta, qué más da) estaba suscrita a las muros y arquitecturas de aquella “hornada de los posnovísimos”.Lo cierto es que, La caída y otros deseos revela la eficacia de su autor en el tratamiento de los temas, y aun cuando un premio no es más que un fragmento de historia escrita a ciegas hay claves que vislumbran a este sólo libro, no para establecerlo como el clímax, pero sí para inscribir a su autor como un narrador de recio oficio. Más allá de otras indagaciones a destiempo, por supuesto.
Reseña de "La Caída y Otros Deseos" publicado en la web © Asociación Hermanos Saíz. 2010.
(Des)h ojeando el Calendario
Dossier de reseñas de libros publicados en la colección Calendario tras obtener el premio homónimo de literatura convocado anualmente por la Asociación Hermanos Saíz
Por: Jorge Enrique Rodríguez
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