lunes, 22 de julio de 2019

Capiteles románicos del Claustro del Monasterio de Sant Cugat


El claustro cuenta con 144 capiteles esculpidos distribuidos entre los 18 pares de columnas que tiene cada una de las galerías del mismo. Se pueden apreciar dos fases diferenciadas: mientras en la primera se construirían las galerías norte, este y oeste, en la segunda , algo posterior, se realizaría la galería meridional. En la primera cabe situar la obra de Arnau Cadell, maestro cuya firma aparece en una inscripción en el pilar nororiental y cuyo retrato figura en él. El claustro fue hecho a finales s.XII. En 1190 Guillem de Claramunt hace un legado testamentario a las obras del claustro) 
Paseando por este entorno románico con el arquitecto cubano-francés Gilberto Seguí vimos esta escena de tres chicas turistas de Madrid que en vez de valorar esta joya del románico catalán, se entretenían en hacerse selfies que seguros quedaron bellísimas pero no fueron capaces de mirar ni una sola vez al suelo delante de ellas donde tenían nada menos que restos del templo visigodo que precedió al Monasterio. No las critico por venir aquí y hacer eso, ellas al menos están aquí, hay gente que ni viene siendo de Catalunya y la entrada aquí es totalmente gratis como los folletos y explicaciones de este lugar...



















Arquitecto Gilberto Seguí y yo en los alrededores 
del Monasterio de Sant Cugat




Magda se empodera de virtud tras un viaje al Tíbet, Nepal y Vietnam...



El sábado 20 en TeatroCasArt  Magda, bailarina profesional y profesora de baile en Barcelona desde 1992 que vino de Cuba a ofrecer un espectáculo con las Mulatas de fuego, ofreció una charla para contar su experiencia por el TÍBET, un viaje no solo iniciático y fundacional para su vida donde encontró muchas respuestas espirituales a una serie de muertes tempranas entre sus familiares y amigos en Cuba.
Escuchar a Magda durante una hora, fue una delicia brutal. Nunca he imaginado viajar al Tíbet, Nepal y Vietnam, tengo otros viajes en mi vida, pero ahora siento que Magda con su voz entrecortada y la posición de sus lágrimas en los ojos recordando ese viaje me ha hecho sentir que yo ya fui a Nepal, a Vietnam y al Tíbet.
Magda, sabe mejor que muchos contar sus emociones, con ella te ahorras casi todo lo relativo a la realidad histórica, ella prefiere contarte desde el alma que significa ver una negra con trenzas con mal de altura, más de 5 mil sobre el nivel de la Tierra. Tiene algo que no se enseña, que es la virtud, según me aclaró Sócrates hace años, quien posee el don de la virtud no necesita que nadie se la enseñe.

Uno escuchándola aprende que las religiones se tocan,y que el hinduismo y el budismo se tocan directamente con la religión afrocubana, pues tienen la ilusión de quien cree en ellas de sanar, el cuerpo y el alma. Que los mudras y los sutras no son tan distintos a las razones de vida que ta da el mundo de la afrocubanía. Pero no es lo mismo en un lugar a nivel del mar, que otro a más de seis mil sobre el nivel del mar.
Yo reconozco que he aprendido mucho sobre el Tíbet, y reconozco que me he extasiado de lecturas sobre el tema y he visitado el templo budista del Garraf en Barcelona que es el más grande de Europa, pero escuchar a Magda su impacto sobre un Buda azul que no le pudo hacer fotos, y describirte como se abren los caminos en el Tíbet, es una suerte extraordinaria.
Ella subió tan lejos buscando respuestas a la muerte de su abuela, de su novio, y aprendió que hay LAMAS, que los chinos han dejado sin familia y que rezan por todos nosotros, que no se lamentan como los caribeños por una muerte, sino que asumen su partida para dejarlos elevarse y fluir en una unidad infinita para que luego nos reencontramos.

En mi visita al templo budista del Garraf  yo me impacté con esto  "El primer impacto es la foto superior. En los jardines llama la atención la “Estupa Namgyal” con sus 108 rodillos para meditar, toda pintada de blanco;  monumento sagrado que representa la “mente iluminada” o “conciencia despierta." A mi particularmente me llamó la atención esa cuerda que rodea al monumento de donde cuelgan sutras, u oraciones, que evitan que el "mal rollo" no entré  a este lugar, pues el movimiento del viento hace una lectura y dispersa los sagrado en el viento..."
En cambio, con las fotos del viaje de Magda descubrí que los sutras y oraciones están en todo el Tíbet y por todas partes, y para un poeta tener toda la ciudad llena de versos y oraciones es algo superior y telúrico.

Fue a un viaje para encontrar respuestas de la muerte y regresó con respuestas para su vida y su hijo, me recordó la frase exquisita de José Lezama Lima,

"BAILAR ES ENCONTRAR LA UNIDAD ENTRE LOS VIVIENTES Y LOS MUERTOS"

Magda, a mi personalmente, me hizo encontrar la unidad de los vivientes y mis muertos personales, ella no sabe que mi padrastro ha muerto hace dos meses, y quizás ha sido la persona que más ha influido para que yo ame a mi hija de una forma infinita. Desde el sábado, ya lo recuerdo diferente, lo he dejado fluir para reencontrarme. Cuando mi amigo arquitecto Gilberto Seguí entró al acabar la charla a la casa de Teatro Casa Art, me dijo, Arsenio, esto parece un salón del siglo XIX francés, hay una buenas energías aquí impresionante. Le dije, no lo parece, lo es, esta chica, Magda, acaba de llevarnos al Tibet con la palabra, su palabra, su esencia.

Gracias Magda por existir en esa luz azul, o ese mar que es una isla en mi.



Magda joven acabada de llegar a Barcelona


                                                        Magda en la actualidad dando la charla
                                                     Los recuerdos también le hicieron sonreír


Pica pica tras la charla en el patio

La nueva Mona Lisa negra. Expuesta en París en la expo modelos negras en museo Orsay. 2019


Desde París, una expo del Museo Orsay, reivindica la negritud a través de arte. Esta modelo en especial, es sin duda un ícono para las modelos negras... El Museo de Orsay saca del anonimato a los modelos negros del arte. La muestra "Le modèle noir" reúne obras de Manet, Géricault y otros grandes artistas para reivindicar el papel de la población negra que aparece en ellas, "Le modèle noir" reúne obras de Manet, Géricault y otros grandes artistas para reivindicar el papel de la población negra.

En medio de esta avalancha y crecimiento de partidos racistas y xenófobos en toda Europa, y E.U, donde en España que tenemos representación con VOX, en Italia con Salvini, en Francia con Le Pen en Brasil con Bolsonaro y en USA con el cabeza de plumero, los franceses planta cara a ese racismo reivindicando a través del arte la figura del negro, y su muchas representaciones, en primero o segundos planos en cuadros y fotos.




Este cuadro se llamó, Retrato de una negra cuando se exposo, hoy se llama Retrato de Madeleine de Marie Guillemine Benoist. O sea, la negra, hoy tiene nombre, aplaudo siempre la voluntad de Francia siempre ir un paso por delante de los demás países europeos en la aceptación de la negritud. Así lo manifiestan en el catálogo:

"No se trata de una exposición sobre la representación de los negros, percibidos como grupo social. Nos interesamos en el modelo, en el doble sentido de sujeto contemplado y representado por el artista pero también como portador de valores" acotan los comisarios de la muestra."
El marco temporal desborda el del Orsay (1848-1914) porque recuerda la primera abolición de la esclavitud (1794), su restablecimiento por Napoleón en 1802, la abolición definitiva en 1848, hasta el triunfo del jazz y de Joséphine Baker en el París de los años 20.
Poner nombre a los protagonistas, sí. Entre la superación de los prejuicios y la corrección política. Así nos recibe Retrato de Madeleine de Marie Guillemine Benoist. Una tela que se presentó en el Salón de 1800 con el título retrato de una negraque con el tiempo pasó a ser retrato de una mujer negra. La doméstica sigue igual de bella pero ha recuperado su nombre.
Nota sobre la pintora:

Marie-Guillemine Benoist, registrada como Marie-Guillemine de Laville-Leroux (París, 18 de diciembre de 1768 – Ib., 8 de octubre de 1826), pintora francesa de estilo neoclásico, cultivó la pintura histórica y de género. Hija de un funcionario, inició su formación con Élisabeth Vigée Le Brun en 1781, pasando al taller de Jacques-Louis David en 1786, junto con su hermana Marie-Élisabeth Laville-Leroux. En 1784, conoció al poeta Charles-Albert Demoustier, quien se inspiró en ella para el personaje de Émile en su obra Lettres à Émilie sur la mythologie (1821).

Expuso por primera vez en 1791. En 1793 se casó con el banquero Pierre-Vincent Benoist. Por los mismos años comenzó a desprenderse de la influencia de David, abandonando los sujetos clásicos por la pintura de género.
Su carrera como pintora de éxito continuó en el Salón de 1800, en el que presentó su Retrato de una negra. Este retrato de una criada de su cuñado, pintado sólo seis años después de la abolición de la esclavitud, se convertirá en un manifiesto a favor de la emancipación de la mujer y las personas de raza negra. El cuadro será adquirido por Luis XVIII para el estado francés en 1818.
En 1803 Napoléon Bonaparte, en aquél momento Primer Cónsul, le encargó su retrato con destino a la ciudad de Gante, recientemente entregada a Francia por el Tratado de Lunéville. Un año más tarde recibió una medalla de oro del Salón y obtuvo una pensión gubernamental. También por entonces abrió un taller exclusivamente para mujeres a las que enseñaba pintura.
Con la Restauración, su marido el conde Benoist, monárquico convencido, fue nombrado miembro del Consejo de Estado y ella, al parecer, hubo de abandonar la pintura en la cumbre de su carrera.