miércoles, 17 de marzo de 2021

Reseña del libro Síndrome de Ulises en Cubaencuentro... Ese 'hombre sin patria'

 

Ese 'hombre sin patria'

Con una nota de contracubierta del destacado escritor catalán Enrique Vila-Matas, tengo ante mis ojos el poemario Síndrome de Ulises (Barcelona, 2006), de Arsenio Rodríguez Quintana (La Habana, 1964), publicado en la colección Éxtasis de la Editorial Linkgua (www.linkgua.com). Esta colección, que coordina Radamés Molina, publicará próximamente un poemario de Rolando Sánchez Mejías, y es de esperar que pueda convertirse en el futuro en un necesario punto de referencia dentro de la diáspora insular para la lectura de valiosos libros de poesía.

Síndrome de Ulises nos introduce rápidamente en la problemática del exiliado, ese "hombre sin patria" del que hablara Nietszche, o que hace de cualquier punto de esa otra isla que nombramos tierra su patria fugitiva. Los poemas dialogan a menudo con interesantes notas al pie, que lejos de agregar simplemente un eco prosaico al poema, lo amplifican. Son vislumbres, rapidísimos, casi nerviosos; fragmentos de una órbita extraviada, como visiones instantáneas del infierno o del paraíso. Pero son también como notas del exilio, testimonio de viaje, documento imprescindible para tratar de reconstruir algún día la psicología de un poeta transterrado.

A veces se tiene la impresión de que tenemos en las manos un diario del desconcierto de un poeta ante un mundo que lo rebasa: Diario del inevitable fracaso, de la pérdida, pero ante el cual se erige una estrategia de palabras que buscan despertar en el lector un escozor, una inquietud, una avidez casi caníbal, una alegría de la inteligencia, una conciencia insomne. Mapa del peregrino posmoderno.

O a veces sus textos parecen como antiguos grafitis, páginas arrancadas de un libro mayor perdido, rescoldos de un viaje por ciudades extrañas, o tatuajes casi borrados por la sangre, el sudor de una peregrinación hacia un dios desconocido.

Pero el viajero también recuerda a otros navegantes solitarios. Por ejemplo, el poema La tentación del ángel o la ventana indiscreta, dedicado al poeta suicida Ángel Escobar:

"Hoy algunos le dedican textos / fueron menos los que visitaron / su casa y vieron la ventana / por donde se lanzó / Lo conocí después / Del primer lanzamiento / (no hablo de béisbol) / tenía el brazo partido / y leía mis versos con acento / chileno de Guantánamo / parecía el hermano mayor / de los Jackson Five / Fue imposible verlo / después del segundo / la tentación de llamarse Ángel / y querer volar / lo superaban".











martes, 16 de marzo de 2021

Conversaciones con Manuel Pereira sobre José Lezama Lima en Sant Vicent dels Horts, Barcelona

 

Seis conversaciones con Manuel Pereira sobre su Maestro directo José Lezama Lima. Hablamos y le gragé en Sant Vicent dels Hort, en las afueras de Barcelona en primavera del 2018.
 















miércoles, 3 de marzo de 2021

Mientras en Cuba habita una dictadura y sus cenizas: Please, no dejéis a Cuba tranquila. Si quieres no hagas nada, pero no me mandes a callar, hace años perdí el miedo

Yo escribí este libro para dejar a Cuba tranquila, 

si muy tranquila después que caiga la dictadura, así de claro.


"Dejar a Cuba tranquila?  Arrastrar penurias? 'Cuba tranquila ' con su comunismo? queremos opinar de todo sin saber de nada?"

Lo anterior, lo escribió 'alguien' en un comentario en mi muro. No pongo su nombre pues no quiero enjuiciar públicamente su nombre, ni a la persona,  sino reflejar a través de su comentario, el sentir de muchos exiliados que desean ponerse de 'perfil' con la realidad en Cuba y creer que sacándola de su vida ya está resuelto el tema de su nacimiento y sienten paz. Lo curioso, es que esa paz se rompe fácil. Basta un post, un vídeo o una foto para que esa "paz" falsa se vaya a bolines. Como le ocurrió a esta persona. 

Mi respuesta a su petición de dejar de hablar o criticar a Cuba.

Yo incluso no lo veo mal que escondas tú pasividad o posicionamiento en torno a la política en Cuba como opción personal. Lo terrible, es que invites a otros a callarse con tal de que no te rompan tu silencio. Y expandir tu miedo. Esa estrategia es la que mejor le ha funcionado a los 'malditos' para convertir esa isla es su propiedad personal e intransferible. Bajo el silencio con miedo.

Yo y (muchos) hablamos, pues vivo en libertad (yo hace 21 años), y no he vuelto a Cuba, además, de porque me lo niegan en el consulado, porque no quiero perder allí la libertad de hablar y criticar lo que quiera. Y la razón principal de no volver es que no me fío de sus instituciones ni del estado. Creo que eso es lo peor de una dictadura. Temer, de quien deben protegerte, porque piensas diferente. Tienen tanto terror a dialogar que prefieren que todos estén callados, por eso estar callado o de perfil, incluso en el exilio es una forma de permitir que allí sigan sin libertad de expresión y sin derechos fundamentales, o sea, sin derechos a tener derechos.

¿Cuba tranquila?

Cuba, no está tranquila, sabes por qué, porque no lo eligió, se lo impusieron hace 62 años y es su intranquilidad la que hizo que te fueras (fuéramos) todos. Y tú quieres estar tranquila aquí  sabiendo lo que está pasando allí, nadie te obliga a no opinar. Ahora no inocules tu 'pasividad ante el mal' a otros que elegimos hablar, por el simple gusto de hacer 'catarsis griega' con nuestro país de origen.
La tranquilidad es el origen del peor aburrimiento posible en la vida. Es estar muerto en vida. La intranquilidad, es sinónimo de creatividad, es la búsqueda permanente de otro camino. Ojalá no te duermas nunca.
La única Cuba tranquila que conozco está en Cayo Piedra, donde pescaba Fidel Castro, según su escolta durante 17 años, JUAN REINALDO SÁNCHEZ, en el libro LA VIDA OCULTA DE FIDEL CASTRO, ED PIENINSULA, 2014,  que se ve en la foto sal final de este post.   

La otra Cuba. La verdadera, que vive bajo la realidad dictatorial de las ex-cenizas andantes,  vive en la miseria personal de sus vidas de las que sólo respiran cuando tienen a alguien en el extranjero que no está tranquilo trabajando cada día para intentar salvarlo.