sábado, 21 de enero de 2012

Un paisaje triste en Miami

El lector está viendo en esta imagen, una palma y dos mujeres sentadas y relajadas en un muro mirando al mar. Parece simple, pero no lo es. Esa palma está detrás de la ermita de la Caridad del Cobre en Miami. Las chicas no están relajadas, están pensativas y lloran, parece que quieren ver y sentir a Cuba y sus seres cercanos a través de esas aguas. Este lugar de culto para los cubanos del exilio, situado en Coconut Grove, es el templo más cercado a la isla donde se reza a la patrona...

El muro donde están sentadas,  está lleno de textos, en inglés y español, con mensajes de cubano-americanos a sus familias de la isla que son los suficientemente desgarradores como para que salten las lágrimas. En la cerca, al final del muro, hay un cartel prohibiendo tirar cenizas humanas. No es difícil pensar que muchos exiliados asuman convertirse en polvo para tener la ilusión de regresar por mar a su país de origen.

La misma fe que mi madre tuvo en La Habana cuando  le hizo una promesa a la Caridad del Cobre para que no me enviaran a la guerra de Angola en los años ochenta, para cumplir allí el Servicio Militar Obligatorio, al servicio, en realidad, de la "amiga Unión Soviética". Guerra de la que varios amigos no volvieron y los que volvieron no tienen buenos recuerdos. Mi madre no es única en su fe a esa virgen; Elvira ha retrasado su viaje a España con tal de ver a la patrona pasear por La Habana. 
Los recuerdos, aunque muy lejanos en el tiempo, siempre vuelven… para darle una paliza de nostalgia al presente.

5 comentarios:

  1. A Patricia Martínez le gusta esto.

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  2. A Boris Larramendi le gusta esto.

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  3. A Maria Nose le gusta esto.

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  4. Que bello lo que escribes...se me erizo la piel. ��. Sonia

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  5. Que bello y triste a la vez lo que escribiste. .. se me eriza ka piel. Besotes. Sonia

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