domingo, 17 de junio de 2012

Barcelona se empobrece bajo el asfalto





Ayer llevaba a mi hija a una actividad de fin de  curso en su cole por encima de Travessera de Dalt, cerca del Park GüellNo había  parking cerca y tuve que recuperar el trayecto a través de un túnel peatonal. 
En la acera (en la superficie) el sol generaba más de 25 grados, calentando sin permiso la escalera del túnel.  Tras cada escalón iba pensando en  la ilusión que me hacía  ver a mi hija interpretar dos canciones con sus compañeros de cole... Habíamos amanecido escuchando a un
guitarrista de jazz (John Scofield) y bailando con ella...   Todo se corta violentamente al terminar la escalera, un indigente yace al centro del túnel.
No era mayor, no llegaría a cuarenta años, la arquitectura de su casa de cartón estaba hecha con cierto gusto estético. El lugar donde estaba colocada, era estratégico, evitando el ruido que llega desde arriba. 
En diez años viviendo en la zona alta de Gràcia, no había tenido esta imagen. Sin quererlo me vienen a la mente banqueros, malos gestores, altos cargos del gobierno, las elecciones hoy en Grecia... Cuando paso a su lado recuerdo un post de Jorge Ferrer donde dialoga con un mendigo que duerme en una sucursal bancaria no lejos de aquí y termina llevándole ropa. Soy  egoísta, quiero llegar a ver a mi niña y no me detengo, a pesar de haber visto en sus ojos sus ganas de hablar. 
Me da una extraña rabia, por encima de este hombre durmiendo en su casa-cartón, pasan en coches de alta gama, muchos de los  detestables-personajes-responsables, sin preocupación alguna, buscando la Costa Brava o los Pirineos,  a pasar el fin de semana. 
Grabo un vídeo de la actuación y al reproducirlo en casa, ese hombre se duplica en mi memoria flotando alrededor de todos los niños que bailan aunque no formen parte de él.





1 comentario:

  1. Triste, muy triste, quizás perdió su casa por no poder pagar la hipoteca y se la quitó el mismo banco que sí que ha sido rescatado por el Estado.

    ResponderEliminar