sábado, 10 de mayo de 2014

Basta con recordar el perfil de la ciudad donde naciste: La Habana por ejemplo.



    Foto promocional de La Habana años 50.

A veces sólo recuerdas el perfil de la ciudad donde naciste; si coincide  con la persona que has besado esta ausente, basta con recordar el momento -o los- donde aquellos cuatro labios - dos tuyos- fueron cómplices de un fluido de humedad y saliva. Si coincide que dentro del perfil citadino que recuerdas hay una mancha azul, entonces es el mar: humedad, saliva y nostalgia.
Repito, si estás seguro que es el perfil de la ciudad donde has nacido, y la tienes a más de ocho mil kilómetros con el océano Atlántico y una dictadura de medio siglo que sigue encarcelando opositores y deteniendo blogger..¿qué hacer?¿de qué hablar?
Me decanto por  hablar de Elena Poniatowska que recibió el premio Cervantes en España por estos días con la mala suerte de la muerte de Gabriel García Márquez por el medio,  que le quitó protagonismo para la mayoría,  pero quienes hemos leído sus textos infinitamente, no olvidamos su  reciedumbre de vida con más de ochenta años. Aquí regalo un fragmento de un  perfil prosa casi una carta de ausencia a Martín ... 


Vine Martín, y no estás. Me he sentado en el peldaño de tu casa, recargada en tu puerta y pienso que en algún lugar de la ciudad, por una onda que cruza el aire, debes intuir que aquí estoy. Es este tu pedacito de jardín; tu mimosa se inclina hacia afuera y los niños al pasar le arranzan las ramas más accesibles... (...)  Todo tu jardín es sólido, es como tú, tiene una reciedumbre que inspira confianza. 
Elena Poniatowska



   Otro perfil. Vista del Morro desde el paseo del Prado.
   Destacan las rejas modernistas y guardavecinos.




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