sábado, 22 de noviembre de 2014

Darling: Dormir te convierte en seda...

¿Dormir te convierte en seda?
La seda no viene de Japón como contó aquella novela italiana de un autor que comenzaba...
Viene de la piel de algunas nínfas que amanecen después de la carne, 
quizás porque se atreven a dormir desnudas envueltas de ese silencio que roza y destroza cuando te alejas de ese cuadrado de plumas 
y aguas 
que es la memoria del roce.
Aún está sobre la cama
y quizás hasta lee un post 
sobre una mujer que va vestida de seda mientras yo escucho a kilómetros de su cuerpo 
como Chet Beker canta una memoria de otoño y sábado.


Foto Ivonne B.

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