martes, 18 de agosto de 2015

Me abandonaste en las tinieblas de la noche...

El dúo cubano de Tejedor y Luis (José Tejedor y Luis Oviedo)  quizás es la música que más recuerda a mi padrastro: Orlando Reyes Sogo. Que ha sido un padre para mí en muchas direcciones de mi vida.
El dúo, es cierto, que imitaban ferozmente a Roberto Faz, gran bolerista cubano insustituible. Pero no lo hacían mal. Esta canción que ellos interpretaban y dejó en las tinieblas a su autor doliente, es genial.
Si ha esto se añades que Tejedor era ciego, el drama interpretativo al verlo en la tele con gafas oscuras de ciego era de impacto.
El tejido verbal de la canción convierte a la mujer en metáfora de luz;  o la mujer como brújula o GPS de la vida del hombre; la mujer  como caricia única. Es increíble que esa fórmula siga usándola el pop actual y no siempre tan bien escrita.
Cada vez que veo a la compositora e intérprete y amiga  Mane Ferret, quiero hablarle de esta manera que tiene el bolero de hace 50 años, de hablar del amor a partir del desastre generado por su efecto negativo al terminar; solo por una de las partes. Como se me olvida, escribo el post y hablamos. 

"Me abandonaste en las tieblas de la noche y me dejaste sin ninguna orientación
y con tus besos sepultaste aquí, en mis labios, el dulce-amargo de la desesperación.
Noche tras noche, esperando y esperando, ya estoy cansado muy  cansado de esperar
que le devuelvas tú la luz a mis tinieblas
y que mis ojos ya descansen de llorar.
Te espero, mi amor, te espero
porque en las tienieblas vivir no puedo.
Te espero, mi amor, te espero
porque si no vienes, mi amor, me muero.

Compuesta por el mejicano  Alfredo Gil guitarrista de  Los Panchos.
La letra destaca quizás porque a pesar de estar cansado, la espera y tiene "esperanzas."




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