Mae es el seudónimo de una joven escritora adolescente que vive en Miami, cuyo nombre es María Menendez. Escribe en inglés y ayer sábado (29 de nov) su madre, blogger colgó un poema que le han publicado a su hija. Yo que tengo otros poemas de ella, o casi todos, que me gustan mucho, desde hace un tiempo estan preparados para colgarlos en un post, me decidí por "repúblicar" en mi muro este impreso que su madre puso, pues la niña no quería hacerlos con los otros.
Así lo presenté: "No sólo presumo de mi niña. A veces lo hago de la hij@s de mis amigos. Aquí un poema de la hija de una amiga. Sólo es una adolescente que escribe. Pero ojalá siga este rumbo en la adultez."
Luego tras un comentario de una lectora y seguidora mía que vive en Bergamo, Italia quien se impactó con el texto me vi forzado a escribir:
"Jacqueline Rodríguez Monet a esa edad, todo lo que lees es la alfombra en que viaja el estilo que comienzas a tejer. No será la única que a falta de experiencia se adentra en la vida de los otros, poetas, escritores y músicos que le influyen. Ahora el detalle es su voluntad de elegir ese universo. Perderse engordando o viendo dibujos animados o tomando Coke cola es más fácil. Adoro a quien elige este camino. En su caso su padre es escritor y su madre es blogger e inquieta intelectual. Está en buenas manos."
Lo que no me pasaba por la cabeza en ese instante, es que este mismo sábado que yo estaba hablando de su actitud literaria, ella le pidió a su madre pintarse la cabeza de rojo en la peluquería donde habían ido ambas, para solidarizarse con el niño adolescente negro que mataron, Michael Brown. Ese color, es el elegido en las protestas de la comunidad negra en los Estados Unidos, tanto en Ferguson como en New York. Pero Mae, poeta, usó una metáfora para pedirselo: "quiero el pelo rojo fuego, como el fuego de las protestas de Ferguson, sentí que valia la pena todo."
Ya lo dije o lo reescribo ahora. La sensibilidad de Mae no es una aplicación (App) o un videojuego de moda, creo que llegó para quedarse y me hace feliz por su madre Ingeborg que la cría en Miami (y su padre Ronaldo Menéndez, en Madrid), han hecho de los libros y la música el eje de su vida. Le ha tocado un "tresor" - tesoro en Catalán- que están obligados a cultivar.
Ya sé tendrá muchos contras....pero muchos pros, o sea prosa.
Un beso para ambas.