sábado, 4 de abril de 2015

He dormido con Luna de Miguel en mi cama.

Dormir con tres libros de una mujer poeta no es leerla. Es violarla encima de sus propias palabras. A Luna Miguel  la conocí de forma virtual, ahora tengo su carne impresa, o sea, un resumen de su cuerpo hecho carne.
"Todos los hombres/podrían violarme ahora mismo. Aquí. En esta estación nocturna/de Madriz. Que me violen, que me violen todos, que me violen una y otra vez," p 44. Poetry is not Dead.

He penetrado en su erotismo: "Tener que separarnos, dejar atrás la saliva." En su manera de mirar porno en verano muy relajada ..."Ahora ver porno. Porque es junio y hace calor en mi alma. Porque/ Qué mejor sino ver/ porno. (...) Qué mejor/que el placer de una felación de alguien/que no soy yo/a otro alguien/que no soy yo/ para confirmar mi existencia." Pag 28 ídem.
He leído una suma de idioteces sobre esta escritora española en el último mes que da grima. Sobre todo el énfasis de su juventud como si esto acentuara su valor. Luna Miguel no es buena por ser joven. Es buena por su destreza personal y don para ordenar sus influencias lectivas y sus versos y retratar una sociedad en crisis de orientación y sistema del siglo veintiuno desde sus propias víceras. Pertenece a una raza: lectora cumpulsiva que lee y deconstruye en su cabeza a Roberto Bolaño, Rilke, Ángel Valente, Pizarnik, Sylvia Plath, y otro muchos...
Comiendo en un restaurante vegetariano Nepalí del Raval, Su me dijo, no estás centrado, hoy estas en otro lugar. Pensé que era por el último acontecer que me contó mi abogada; pensé en que quería haber estado en Sevilla hoy cuando saliera El Cristo Gran Poder;   evidentemente pensé que mi distraccion se debía a estar tres dias sin ver a mi hija; y creo, en realidad, quería estar leyendo a Luna Miguel en noche de Luna del jueves santo del 2015. 
Luna Miguel responde a una cita de Emerson: la poesía viene de la poesía. Del país engendrado de tú propio cuerpo. Luna es sólo joven de edad. Es muy antigua. Lo es tanto que hasta le ronda el suicidio creativo en forma de verso como a los poetas del siglo XIX y de ahora mismo como Wallace.
"Recuerdo el deseo de morir, recuerdo el intento de cortar mi blanca piel a la altura de la muñeca (...) A los diecisiete seguía viva/ y mi estómago recibió/ diez inofensivas pastillas/ de Ibuprofeno."


Demás está decir que terminó ciego y medio enamorado de los versos de Luna Miguel impresos, término con ella y busco a José James, mi cantante de jazz favorito de la actualidad, que hace un homenaje a Billie Holiday en su último disco, similar a Luna Miguel con sus influencias poéticas: una deconstrucción animal de su realidad.
Una neurona hace que estés vivo, dos nos hace movernos. Un buen poema hace que estés vivo, más de dos en un mismo libro, hacen que me mueva.


Tres libros de Luna en mi cama.
Actriz porno Jenna Haze que Luna Miguel no tiene pudor en ponerla a confluir en un poema con la poeta argentina Pizarnik. Hecho que demuestra su total libertad creativa sin máscaras. Como Thomas Deslogis,  da categoría poética al porno que sin duda lo merece por la carne que despierta en todos y cada uno que se acerca.



Nota:
Debo confesar al final de esta reseña que sólo he leído "Poetry is not Dead" una y otra vez. "La tumba del marinero" y "Exhumación" que ella también firma, quedarán para otra embestida. 
Dedico este post a Laura R. Aragón, poeta y pianista habanera, que me descubrió a Luna.












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