lunes, 13 de junio de 2016

"Orlando" ya no será una novela de Virginia Wolf.

Hasta ayer. "Orlando" era una novela de Virginia Wolf,  autopublicada por mí escritora predilecta,  Wolf, y de quien aún sigo enamorado: física y literariamente.
Orlando fue la primera novela que leí siendo un adolescente donde la homosexualidad no era un tabú, a pesar de que había sido publicada en 1911.
 "Por diversos que sean los sexos, se confunden. No hay ser humano que no oscile de un sexo a otro, y a menudo sólo los trajes siguen siendo varones o mujeres, mientras que el sexo oculto es lo contrario del que está a la vista". ('Orlando', capítulo 4. Lumen).
Hasta ayer Orlando, además, de una novela, era un lugar donde fuí muy feliz cuando llevé a mí hija a Disney y Pinocho le recibió en la puerta con un beso.
Orlando, desde hace un día, es un sitio donde un "ya no humano o  in-humano" llamado Omar Muteen, asesinó  a  50 personas y dejó heridos otros 53,  que se divertían festiva y libremente antes de que su diarreamental "ideas" lo llevaran a entrar con armas adquiridas legalmente y cometer dicha masacre.

"Omar Muteen era un musulman que bebía alcohol, un marido que le pegaba a su mujer, un homófobo que frecuentaba un bar gay y un gay que se reprimia. Al parecer lo único que hacía a cabalidad era matar." Enrique del Risco.


De los heridos y muertos no conocía a ninguno, en cambio, una amiga entrañable de Miami, sufrió horrores pues, su hija estaba en esa parte de La Florida. No le  pasó nada a ella, pero solo imaginarme su angustia, duele.
Pensar en cada una de las familias que perdieron a sus hijos e hijas por causa de esta intolerancia en pleno siglo XXI, es brutal. 
Ver en YouTube al Imán de Orlando, decir en una tele norteamericana, ¡en abril de este año! "que los homosexules merecen la muerte y no le pase nada," me hace cuestionarme ¿Qué es la libertad de expresión en democracia?




Portada de la 1era Edición.

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