lunes, 25 de julio de 2016

Mi homenaje a las víctimas en Nice/ Diez días tras los sucesos del 14 de julio. 2016.

Trato de no ser explícito con mi hija de 8 años sobre lo sucedido en Nice hace sólo diez días. Ella al ver tantos osos peluches, dibujos, banderas, reconoce la suya, de Catalunya, y de tanto escucharnos hablar entrecortanos y verme con lagrimas me dice:
¡Papa, todos esos peluches son de niños que han muerto! Le digo; - No mi amor, son a niños que murieron  en ese accidente que te conté en la mañana cuando fuimos a la playa y vimos en el Paseo muchos corazones y flores. Es la forma que tienen los niños de Nice de que las familias de esos niños sientan que mucha gente piensa en ellos.
Pensé, que toda esta cantidad de peluches, es equivalente a casi todos los niños residentes en Nice, que han vivido de una forma u otra forma esta  experiencia. Una generación de personas que estará marcada por esta tragedia...
Una ciudad más después de tantas occidebtales y orientales en la lista, sin saber cuales serán al final. Es lo que hay estando aquí.  

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