viernes, 29 de julio de 2016

Un balcón en el vieux Nice.

Hay terrazas que pueden ser perfectas en la variedad de color, verde, rojo, rosado, en la plantas.  Es mi último día en Nice y ya quiero volver aquí. Los lugares donde uno no trabaja siempre son maravillosos. "No me quiero ir," dice mi niña antes de venir de nuestra casa aquí, al centro o casco antiguo, cuya misión es volver sobre la heladería Azzurro, donde ella descubrió el helado de limón y yo un cono, o cucurucho o barquillo hecho al momento que no tiene comparación.  Con esta vista medieval del Vieux Nice, estuvimos diez días hace un año. Esta vez estamos lejos, pero la nostalgia no se controla. Es lo que hay... tristeza no te fin. Felicidades sí, dice el samba.
Todo jardín es una metáfora del paraíso, no hay nostalgia mayor, que los paraísos perdidos...

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