Maya y Cecy consolidan una amistad. Verlas juntas es saber que tienen una complicidad que comienza a ser más allá de la amistad de sus padres y yo.
Comienzan a saber que se necesitan cómo amigas y los abrazos e historias que se cuentan de sus vacaciones tienen su propio relato.
Me gusta que desde esta edad vayan encontrando esa familia propia que son los amigos. Nadie sabe cuan cerca estarán en el futuro, me ilusiona que se fueran de Erasmus juntas por el sitio de Europa que elijan, quién puede saber si ocurrirá.
Lo importante es que llevan varios años juntas viéndose con regularidad y sabiendo que la otra existe. Viéndolas hablar tan independientes, pensé que ya esbozan su propio futuro.
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