Si alguien te da acceso a su cuerpo y lo deseas, seguro eres feliz. Y si además, de ser feliz ambos pasan la noche en equilibrio y amenacen abrazados y perdidos en una sola piel. Ha funcionado.
Ahora siendo melómano y crítico musical no esperas que esa piel te sorprenda con una canción que se te clava para todo el otoño que comienza, sobre todo un verso:
"Yo me podría acomodar sin molestarte."
Demasiado silencio el sábado, cuando amanezco en el eixample barcelones; y ella pone a Luis Salinas. Ella es una caricia y tiene el don del gusto por referencia. Me recuerda tanto el 'paradiso' que me asusta. Salinas sigue cantando.
"Cuenta conmigo por si tuvieras que encontrar algún motivo, si necesitas algo más que conformarte, si se te ocurre por ejemplo, enamorarte, aquí me tienes, siempre dispuesto (...)"
El eixample de Barcelona está capacitado para un milagro. El eixample no es una isla. Pero a veces tiene cuerpo de mujer. El eixample no es el escenario donde amanezco de/o por casualidad...
"si resulta que no resulta mi sistema de quererte...cuenta conmigo, nada más que para verte, y si tuvieras que dejarme, no te ocupes, 'yo me podría acomodar, sin molestarte en un rincón, donde pudieras acordarte,' que cuando el tiempo haya pasado y tengas ganas, en esas ganas, me encontrarás, cuenta conmigo."
Ella no dice estas palabras. La voz de Salinas transmite una idea. Quiero pensar que puedo contar contigo. Soy la única persona que sabe de quien hablo hasta que no lo lea.
Es una putada vivir soñando con el paraíso y encontrarte en medio del eixample con su rastro, y amanecer con una flor entre las manos, como en la nota de Coleridge.
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