Podría creerse que yo condiciono algunas actitudes en mi niña, y no. Maya marca una dirección en su creatividad que me sorprende. Por ahora lee bastante, escribe y dibuja sus experiencias en un cuaderno que le regalé con llave y guarda sus secretos. La flauta es su banda sonora personal.
Ayer hice con un ella un rito de cada Navidad. Buscarla en el cole e irnos -no a casa- sino a ver por las calles principales de Barcelona (Gran Vía, Diagonal, Aragó, Ramblas y Plaza de Catalunya, ...todas con las luces del alumbrado navideño.
Es impagable la ilusión en sus ojos. Ayer me dijo que nunca iba a olvidar ver las luces cada año conmigo desde el coche.
Cuando crezca sabrá que no está obligada a cumplir esta promesa. A mí me basta con su felicidad en este presente para ser feliz con un acto tan simple como ver luces, que también me iluminan por dentro.
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