jueves, 29 de diciembre de 2016

Despegando de París con el cuerpo pegado el suelo por las raíces...



Ya sé que estoy despegando. Es real la sensación de volar, el capitán advierte que miremos a la derecha para echar un vistazo por última vez a la Torre Eiffel, al arco y las avenidas... Pero hay parte de mi cuerpo hecha raíces que se niegan a despegar. Cierro los ojos con la ilusión de pensar que el cerrar el hilo visual ya...
No, mis pies siguen en una terraza en Montmartre. Mis brazos siguen abrazando a mi sobrino en la Gare de Saint Lazare mientras se marcha tranquilo después de pasar otra noche juntos en París, haciendo habitual lo insólito.
Mi voz sigue ante el ordenador de Sarah hablando de los dos libros que  estamos haciendo y voy insertando en mi cabeza y luego ella en sus paginas a través de Faisal los textos. No sé el momento  en que mi voz dice que debería llevarme dos o  tres ostras de Normandía e intentar criarlas en la Barceloneta y así tenerlas cerca,
Si mi cuerpo ya está volando ilusionado al encuentro el domingo con mi niña que ya lo necesita, pero parte de mi sigue en París, abriéndose camino entre las piedras e hundido en el asfalto para volver pronto a la semilla donde siempre alguien me espera, y eso es una suerte sin precio. Después de venir tantas veces a este lugar el río entra por algún lugar de tu  ADN y se queda ahí, en la o de nostalgia.

Para colmo cojo el teléfono móvil me pongo los cascos y conecto la música  y sale Milton con este retrato de poeta triste que es lo que soy saliendo de esta ciudad bendita...



..................................hay poetas, poetas, poetas
Que si bombos ni trompetas, trompetas, trompetas
Van saliendo de recónditos altillos, altillos, Altillos
De paredes de silencios, de redonda con puntillo

Salen de agujeros mal tapados, tapados, tapados
Y proyectos no alcanzados, cansados, cansados
Que regresan fantasmas de colores, colores, colores
A pintarte las ojeras y pedirte que no llores
Tienen ilusiones compartidas, partidas, partidas
Pesadillas adheridas, heridas, heridas
Cañerías de palabras confundidas, fundidas, fundidas
A su triste paso lento por las calles y avenidas
No pretenden glorias ni laureles, laureles, laureles
Sólo pasan a papeles, papeles
Experiencias totalmente personales, zonales, zonales
Elementos muy parciales que juntados no son tales
Hablan de la aurora hasta, cansarse, cansarse
Si tener miedo a plagiarse, plagiarse, plagiarse
Nada de eso importa ya mientras escriban, escriban, Escriban
Su mania su locura su neurosis obsesiva
Andan por las calles los poetas, poetas, poetas
Como si fueran cometas, cometas, cometas
En un denso cielo de metal fundido, fundido, fundido
Impenetrable, desastroso, lamentable y aburrido







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