jueves, 22 de febrero de 2018

Puigdemont y Anna Gabriel ponen en tela de juicio a la justicia española. ¿Resagos de una mala transición?

Si algo tiene bueno el juez Llanera, es su claridad explícita. Si algo tiene de bueno el Procés, y sobre todo tras el 1-O, es que antes de esa fecha todos creíamos vivir bajo el hálito de una justicia Europea común, diferenciada por matices.
El juez Llanera que lleva los casos políticos del procés en el Tribunal Supremo nos está ilustrando con su actuación los defectos y la clara indefensión de los políticos españoles. El severo tratamiento que se le da aquí a ser separatista e independentista, y lo distinto que son estas mismas circunstancia en países que están dentro, Bélgica o fuera, Suiza de la Unión Europea pero con un entorno social e histórico común.
El periódico ElMundo: 
"La decisión del juez de 'no actuar" de forma inmediata contra "la huida"  va en la línea de sus decisiones previas sobre el ex president Carles Puigdemont y los ex consellers fugados que le acompañan. "Para evitar que un tercer país limitara la actuación de la justicia española," Llarena retiró la euroorden contra ellos que ya estaba en marcha en Bélgica. Y posteriormente rechazó reactivarla durante un viaje a Dinamarca que consideró una trampa del ex president."
La cautela del magistrado también coincide con las declaraciones del portavoz de Justicia suizo de que, a priori, no ven motivos para acceder a una extradición de Anna Gabriel al tratarse de una causa penal con base política."
Fin de Cita.
Fijémonos en esta frase: ●Para evitar que un tercer país limitara la actuación de la justicia española,●
Esa frase debería sacar a la calle como mínimo a mucha gente. O sea, se admite que la justicia española es capaz de violar los derechos de los representantes políticos elegidos por elecciones democráticas y no pasa nada. Ya sé que bajo las leyes del estado español, pero es evidente que alguien con sentido común debería cambiarlas pues no corresponden a esa "democracia y libertades europeas" de los país de nuestro entorno. Sw admite de hecho que esta sociedad es un "pelín" más severa que otras en el tratamiento de ciertos casos.
Juez y Gobierno con la medida, de detención "solo si pisan el estado español," los convierte al "Destierro Político," algo habitual en el siglo XIX, o de regímenes como Venezuela, Corea o Cuba. Donde para regresar si eres opositor político   hay que pedir permiso. 
Algo insólito en ese país europeo y moderno de la España democrática. El país que se conviertió en moderno en los ochenta con la movida madrileña, y su reflejo impecable en el cine de Almodóvar; y por otro lado  con  los escritores del Boom latinoamericano, en Barcelona, que se convirtió en la capital mundial del libro.
En todos estos años esas leyes obsoletas han estado ahí, leyes absurdas y retrógradas que hacen regresión a la democracia y llevan sin duda a coartar libertades a políticos y ciudadanos. Incrementadas además con la ley Mordaza del PP que lleva ahora a cualquiera a la cárcel o a músicos o artistas a la censura.
¿Quién tiene el valor de decir ahora que la Transición del franquismo a la Democracia goza de buena salud con estos "agujeros negros" anti-democráticos? 



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