Haciendome un selfie en un ático en Génova descubro un crucero que parece ser un efificio y se convierte en motivo de este post.
Es raro que un barco forme parte arquitectonica de la ciudad. En Génova se da esta peculiar fusión de mar y tierra. Edificios y barcos que se imitan y transgreden como la comida de fusión.
Mira el puerto y cuesta distinguir donde acaba el barco y comienza el hormigón. No vives esto en Barcelona, Nice, Marseilla, Cádiz, Menorca... Los cruceros aquí penetran literalmente la ciudad que disfruta confundirse...
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