jueves, 9 de mayo de 2019

Rencuentro con mi Polski en Varsovia. Warszawa.


Hace un años visité Varsovia, y me reencontré con el único coche que tuve en Cuba a mi cargo, un Polski, polaquito. La nostalgia es cruel, y te clava los recuerdos en un lugar que no te esperas. Fue el segundo momento más triste del viaje tras ver el Getho Judío. 
Después de 20 años en Europa conduces todo tipo de coches además del tuyo, yo he recorrido varias veces hasta Génova, desde Nice, hasta París desde Barcelona, y hasta Porto desde Barcelona, y de Porto a Xativa en Valencia.
Pero en Cuba, no hacíamos esas distancias pues caes en el agua. En Cuna andar en ese coche era un lujo, para ir y venir de los conciertos de los amigos, para ir de la Habana Vieja al Vedado a ver a mi madre. Para hacer favores permanentes a muchos amigos. Sé que estoy dulcificando los trabajos que pasó, pero a veces los recuerdos son una maquinaria de auto-engaños y a por momentos lo asumo.

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