jueves, 2 de abril de 2020

Seré Azul. Canción de Juan Carlos Piñol. Punto y aparte.



He decidido sacar solo la canción Seré Azul, de Juan Carlos Piñol, de su documental en youtube, un relato visual  que dirigió Pablo Gualla que captó la esencia de Juan Carlos a través de su cámara que le sigue por los lugares esenciales del Vedado donde nació y del malecón, cerca de donde descubrió la rumba quizás por la cadencia de las olas.

Le he dicho por whashapps que me es imposible no tener solo esta canción para escucharla sola, porque al escucharla y verlo por el barrio donde ambos nacimos y nos criamos no tuve más remedio que llorar. Y llorando le mandó un mensaje de voz descojonado de nostalgia. A Piñol no lo veo desde que salí de Cuba en 1999.  Pero la sangre no necesita verse para quererse y por suerte ya puede leerme a ratos y yo he podido ver como crece.
Esta canción cambia el ritmo de todo lo que se ha escrito sobre La Habana, pues  Piñol la enfoca desde el símil y la metáfora continuada de manera absolutamente extraordinaria.

Llévame hasta donde el mar
guarda flores de coral
sentimientos escondidos 
en arenas de cristal
llévame hasta donde el sol
se desprende del dolor
y se escuche ese sonido
cuando cambie de color

En otro momento de símiles, agrega una metáfora lucida:

Como las algas marinas  seré azul entre las ruinas de barcos negreros

Este músico y poeta, ya ha cambiado la forma de hacer canciones en ese país cargado y repleto hasta la saciedad de música de todos los géneros. Él abre con este concepto, largos textos acompañados con base de percusión en primer plano, guitarra adornando con improvisaciones y su voz, quizás otra forma de filin del siglo 21 o blues Piñol, renovando a Mongo Santamaría o a Bobby Carcassés que necesariamente no tiene que tener una gran voz detrás, sino buen gusto por las palabras y la música. De Bobby tiene el scat cubano que renueva no solo en las improvisaciones sino en las palabras. Pero de Chet Beker tiene esa maravillosa tristeza hábil de lo cotidiano de las caídas de la tarde y la noche de lo que somos, y hablo esta vez de la piel. El es blanco pero negro musicalmente como Chet Beker y Miles Davis, la formación de Piñol siempre ha sido y fue la décima de su padre cada domingo en la patio de su padre, y el jazz y el blues que luego me pasó a mi. Por eso es azul, por el mar y por el blues. Y le debo a él todo lo que sé de jazz y blues antes de saber que me dedicaría a la musicología.
Estoy ya desesperao porque salga este disco. Hay que ser muy idiota para no llamar corriendo a este músico y escritor para grabar estas joyas.

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