viernes, 1 de enero de 2016

Tramuntana en Port de la Selva. El viento que acarició a Salvador Dalí.

Por encima del Cap de Creus queda muy poco de la Costa Brava en Catalunya, luego es Francia. Algo de esto es Port de la Selva, pero la belleza del paisaje duro de rocas es difícil, y complementa esta dificultad  el viento de tramontana (frío, filoso y en todas direcciones) que no te deja la piel en buen lugar cuando estás cerca  del agua.
Eso no quiere decir que no comas un bacalao sanfaina exquisito, ni unos mejillones al vapor, con restos del mar fresco acabados de salir del agua. 
El mediterráneo en esta parte, parece como si  le incomodara que penetrásemos al mar, pues mantiene una intranquilidad poco usual de un mediterráneo tan dócil cuando toca las cercanías de Barcelona.
Tenía  curiosidad por conocer esta zona de arquitectura de barcas y marinera por excelencia. 



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