Primer plano de Issac Delgado en Barcelona: Issadictos

 

Siempre asocio mis comienzos de relación e intentos de ligue con Yara, mi esposa,  con la peña de NG La Banda donde cantaba Issac, en la Casa de la Cultura de Plaza, los sábados por la tarde a fines de los ochenta. Se caía el Muro de Berlín y bailábamos al ritmo de esa caída. Entre Issac y NG había un equilibrio perfecto, la calma de su voz contrastaba con la violencia armónica de los metales maravillosos de esta banda: la tempestad y la calma. Con esa tempestad contenida en sangre, sin llegar a la estridencia, Issac Delgado se presentó en Barcelona el pasado domingo 10 de julio, y dejó a todo el público con ganas de tenerlo delante nuevamente.

Comenzó el concierto con el tema Primera Plana (2007), y no fue un comienzo, fue una continuidad, a los tres minutos parecía que el concierto llevaba una hora, el sonido era impecable, la banda compuesta por cinco metales, set de percusión (tumbas, pailas, clave y bongoes, etc), piano, bajo y dos en los coros mostraban una perfección notable en los arreglos y disciplina en los ensayos que debieron haber sido muy precisos.  De esta primera pieza dio
un salto hacia atrás y se situó en Loco, ¿qué pasa loco?, uno de sus primeros hits, lo que desató la euforia de los más cargados en años que sacaron más movimiento de caderas y pies, pues la memoria te hace bailar mejor.  Luego saltó para un tema de salsa internacional con No vale la Pena, que es su video más escuchado en youtube (casi 300 mil),  en este tema ya comenzó a introducir timba dura e hizo alusión al Benny Moré con el estribillo decide tú que canto yo. Continuó con La Titimanía, de Juan Formell, después de dos temas más cantó La Sandunguita, del bajista que lo acompañaba Alaín Pérez, otro salto en el tiempo que los nostálgicos volvieron a agradecer con otra vuelta de tuerca de cintura. Dentro de esta última pieza recordó coros como Échale Limón de su paso por NG La banda,  u otros como sus versiones a canciones de Ketama como Vengo Venenoso o un coro del estribillo de Jarabe de Palo: Bonito, todo me parece Bonito... Detalle curioso y acertado sabiendo que toca en un mercado natural de estos grupos.

Usó la estrategia del popurrí con varios éxitos del pasado para no dejar atrás a sus antiguos fans. Comenzó con Necesito una amiga, Si tus miradas mataran, Mi tumbáo pegáo… todas pasadas por el funky rock cargado de salsa y largos pasajes de metales que hacen de la timba cubana una salsa diferente.

Punto culminante del concierto lo marcó: El solar de La California.  Que no es una canción, intenta ser un himno a La Habana de los noventa, al nivel de Sábanas blancas de Gerardo Alfonso. Esta pieza cita lugares emblemáticos de la ciudad, tiene un estribillo muy bien logrado ya que logra enlazar un clásico del rock de los setenta, Welcome to the hotel California de Eagles, con una timba-salsa habanera de los noventa; veinte años para demostrar claramente la relación armónica que tienen los elementos del rock y el son cubano.

Welcome to the Solar de California,
El de la calle Crespo, between
San Lázaro y Colón

Issac demostró que se toma muy en serio sus presentaciones, tanto en la selección de canciones como en la gran calidad de su sonido en el escenario, y el público lo respalda con un lleno de adictos que volverán a alzar los brazos a su orden. Sabe que vino para hacer bailar y recordar lo mejor de nuestras vidas de aquí y de allá y lo cumple.  

Recordar sus nominaciones a Grammys Latinos, sus actuaciones con Gonzalo Rubalcaba Celia Cruz, Willy Chirino, La India, Gilberto Santa Rosa, José Alberto "El Canario", Los Van Van o Adalberto Álvarez, o sea, los mejores jazzistas, salseros y soneros, ya es algo que me sobra, pues a estas alturas, de él solo queremos que retorne con su tumbáo pegáo, para bailar a placer... 





foto de arkolano en el concierto.