martes, 6 de septiembre de 2011

Cuba republicana: El Teatro América más de 70 años: 1941-2015

Mi madre fue una fan de Lola Flores, quien pisó La Habana en los años cincuenta y fue ovacionada hasta la saciedad en sus actuaciones en el Teatro América, uno de los teatros Art Decó de esa ciudad. Por eso, fue un impacto agradable para ella cuando le dije en 1999, que estaba con la hija de Lola Flores, Rosario, haciéndole un seguimiento de su gira por toda La Habana a modo de entrevista-reportaje que luego publiqué y que ella conserva con orgullo de madre incondicional a los escritos de su hijo. 
Además de Lola, el Teatro América era un fiel reflejo de los artistas más consagrados de los años cuarenta y cincuenta. Se inauguró en marzo de 1941, con una película, fue un teatro de variedades musicales,   también actuaron allí, Pedro Vargas, quien fue el primero en cantar en el teatro en septiembre en el año de su inauguración; también actuó la norteamericana Josephine Baker, ídolo en París, implantando en ese teatro un record de actuaciones consecutivas; Toña la Negra, de Méjico; también Sara Montiel, la coetánea de Lola, y, la estrella del hemisferio sur, Libertad Lamarque.  Sin olvidar claro está toda la pléyade de estrellas cubanas de esos años desde  Benny Moré, Bola de Nieve o Ernesto Lecuona.
La decadencia del Teatro América con el triunfo de la revolución, cuando toda la gestión  de la cultura pasó al estado revolucionario, esto no parecía tan malo, lo malo fue que la política y la ideología eran requisitos para que los artistas pudiesen actuar allí. Eso hizo que costara mucho trabajo que volviesen algunos artistas de renombre a actuar en nuestro país, si no pensaban como los "revolucionarios". Leonado Acosta afirma que la creación en 1968 de un sistema centralizado de contrataciones desarticuló el movimiento musical y destruyó los mecanismos habituales de acercamiento entre público y los músicos populares.
Los setenta años que cumple este año, tienen un extraño sabor agridulce, pues la gestión privada que le hizo tener un esplendor notable ha desaparecido, ahora hay gestión, ideología y falta de iniciativa como dogma de Estado.








Nota: Cita del musicólogo cubano Leonardo Acosta tomada de su libro: Del Tambor al Sintetizador, 1989, ed. Letras Cubanas, página 179.


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