domingo, 14 de febrero de 2016

El corazón de un poeta y las flores del bien: Margaridas



Hoy escribí ...
el corazón me ha crecido desde que te conozco. 
Aún no me caben tus piernas. 
Son muy largas y a pesar de ser muy bellas 
no me ha crecido lo suficiente la cavidad.
He aprendido que no debo esperar muchas cosas del exilio/  salvo ver sonreír y crecer a mi hija. 
Soy muy selectivo para dejar entrar en mi cuerpo alguna piel desde que soy padre.
Eso no lo dudes. 
"La edad me ahorra la angustia por las cosas que no son fundamentales..."
Aún así, no puedo detener el crecimiento del cardiovascular cuando algo me conmueve.
Es imposible que te olvide.
En estos días existo a través de tí. 
Existo mientras sueño a Milton, "Paraísos Perdidos."
PERDONA. El día  fue largo y estoy resfriado.

Mi fidelidad se hará cuerpo
en tu nombre de flor. No vuelvo a tí como un paraíso perdido (me repito debe ser la fiebre). Sino como referencia de ser feliz, aunque hoy seas carne virtual.

Un beso con suave sordina como hizo Miles Davis...¿Ojalá escuches está canción?

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