jueves, 7 de junio de 2018

Racismo de Estado en un comic para niños sobre Fidel Castro.

Como sé que nadie en Cuba en ningun medio de comunicación va a criticar esta portada con tintes más que racistas. Un blanco,  el niño Fidel corre delante de todos los demas niños que 'casualemte'  todos son negros.
Es curioso, que  no aparece al menos dos niños blancos más, que ponía ser su hermano Martín o Raúl, menor. Sino, aparecen solo niños negros detrás del que ya, desde niño iría delante para llegar 1ro a la dictadura.
Martín Castro, hijo ilegitimo del padre de Fidel Castro, cuenta que ellos tres, se criaron como hermanos juntos en Birán y jugaban con los hijos de los haitianos que eran empleados del Padre. Pero justo en la portada solo aparece el futuro líder solo.
Otra curiosidad. Es que bajo su largo reinado dictatorial si tuvo alguna virtud, fue impulsar la carrera deportiva de muchos cubanos. Sobre todo de corredores negros y mulatos, hombres y mujeres que ganaron mundiales y olimpiadas. Y resulta que el dibujante "ingenuamente' dirán algunos, obvia este detalle.
El racismo en Cuba es endémico y en esta caso es de Estado.
Este bodrio fue presentado el 13 de feb. En la feria del libro de la Habana. En Tesoro de Papel, salón dedicado a los más pequeños, en el Pabellón K16,  " Fidel, el muchacho de Birán," de Ángel  Velazco.

Nota

"Pese a no tenerlo en casa, Ángel sí le dio a Martín su apellido y le crió como al resto. Fidel, Martín y Raúl, con pocos años de diferencia , atendieron los primeros años en la escuela de la finca de los Castro. Des- pués, Fidel y Raúl fueron a una escuela privada de los jesuitas en Santiago de Cuba, pero Martín permaneció en Birán. “El viejo le dijo a mi mamá: ‘dame al muchacho pa’ llevarlo con ellos’ y ella dijo que no lo iba a dar. Y yo contento por no ir, a mí me gustaba el campo”.
Los veranos en Birán eran felices. Jugaban a pelota (béisbol) practica- ban boxeo, montaban a caballo y se bañaban en el río con los hijos de los trabajadores –la mayoría inmigrantes haitianos– de los Castro."

Martín Castro para La Vanguardia.

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