domingo, 19 de agosto de 2018

Un mes antes que cayera el puente Morandi en Génova, pasamos mi sobrino, su mujer y nuestros hijos por él.


Estuvimos un finde semana en Génova el 7 y 8 de julio. Un més y  7 días después, 14 de agosto,   este puente por el que pasamos cantando y felices,  tanto la ida como la vuelta en esta ciudad absolutamente maravillosa, se cayó, y mató a 38 personas, y aún hay una veintena de desaparecidos. 

Hoy es el funeral de Estado en Italia, y estos acusan a la Union Europea por no dar dinero para reparar los  puentes,  y la Unión a ellos que es su responsabilidad. 
Es impresentable que ocurra esto en un país de la Unión,  por donde pasamos todos los que vivimos en Europa.  Nosotros veníamos de Niza. El desvio por la no existencia de este puente al sur de Italia será ahora de 120km.

Las dos fotos las hice desde el salpicadero del coche  con mi cámara, sin imaginar que le quedaba poco más de un mes de vida a un puente que se me antojaba muy seguro. 
Esta foto que sigue es precisamente el tramo que se hundió. No era nuestro día para una caída,  pero mi primer libro de cuentos  publicado en solitario en La Habana, 1999, se llamó "La caída y otros deseos." 

No dejo de pensar en ese vacío desde que ví la noticia. Por eso me apresuro a vivir, pues el diseño de nuestro final está escrito pero no nos está dado, el poder de leerlo. Esto último parece que me lo ha dictado  Jorge Luis Borges en el sueño.

Esta foto es justo del tramo que se cayó. Como se puede ver en el dibujo. Se le pone mal cuerpo a uno saber esto.

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