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sábado, 26 de febrero de 2011

Mijail, Vuitton y el muro de Berlín

En la península de la Florida viven y trabajan muchos cubanos que estudiaron en escuelas que representaban íconos de la construcción socialista: Vladimir Ilich Lenin, Amistad Cuba - RDA, Amistad Cuba - URSS, Alexandra Kollontai, Amistad Cuba - Etiopía, entre otros.

Ellos no fueron educados para la sociedad del libre mercado pero han ido abriéndose camino en ese mercado de forma libre. Incluso, por encima de otros estados de la Unión, donde la emigración latinoamericana tiene otros componentes  y no fue educada bajo la obligatoriedad del grito... "¡Seremos como el Che!"
Mijail Gorbachov, tampoco fue educado para posar con un bolso de Louis Vuitton contemplando los restos del muro de Berlín  desde el asiento trasero de un coche que es casi del tamaño de una habitación de estudiantes universitarios. La foto que ilustra la campaña promocional  le dio la vuelta al mundo a través de emails, blogs y prensa oficial de varios países con textos de ira, o de aplausos...  yo le doy  las gracias por haber sabido sacar provecho de  una idea (el deseo de una sociedad comunista o socialista) hecha polvo  y  desvanecida. Algo que con mucha habilidad han sabido hacer muchos exiliados cubanos alrededor del mundo destacando la peculiaridad de haberse formado en escuelas con nombres socialistas emblemáticos...

Las escuelas y el muro se construían de hormigón armado. Ambos representaban un modo de vida armado que no permite elegir libremente.

sábado, 19 de febrero de 2011

Alguien me dijo que tenía que matar a Fidel Castro


  
Tristemente no tengo más años que la revolución. Si eso ocurriese alguna vez, significaría que habrá acabado en una fecha que yo alcanzaré, mientras sigo siendo cinco años más joven. Por increíble que parezca, voy por cuarenta y seis y la revolución va por cincuenta y uno, ya estoy dudando de que algún día yo tenga más años que ella.
Una diseñadora amiga, tuvo la osadía de poner el rostro del come-piedra verde en un ataúd en el año 2000, y me lo envió por email, y ese ataúd con la momia verde dentro, le dio la vuelta al mundo varias veces a través de reenvíos que me llegaban a mí nuevamente. Es una lástima que no existiera en ese momento Facebook ni My Space ni Youtube ni Twitter o sea las redes sociales que ayudan a que fenómenos de éstos efímeramente cristalicen.
El cuerpo en traje verde en el ataúd, era la metáfora más directa con que mi amiga quería hacerme ver que tenía que matar al comediante en jefe para poder empezar una obra de vida nueva en el exilio. Tenía que desterrar fantasmas mayores y menores y olvidar la posibilidad del retorno.
Cuando matas momentáneamente el pasado, el presente se cristaliza como el cielo de Huesca en el invierno. Cuya nitidez hace que la comunicación con la luz no tenga intermediarios que son las nubes grises de la nostalgia.
Nadie me dijo en La Habana que tenía que matar a Fidel Castro, solo imágenes explícitas de la película Azúcar Amarga, no mas soñaba tocar el cielo de Normandía en Europa por la parte francesa. No soy mejor después de no haberlo asesinado del todo dentro de mí, quizás porque mi memoria de niñez y adolescente moriría con él y tampoco le voy a dar ese privilegio.
En estos días muchos en Cuba se disponen a convertir al Caribe en el Mediterráneo de revueltas arabescas. No soy quien para oponerme a estos hechos si suceden y seguro aplaudiré si ocurre, pero los gobiernos que salen tras revoluciones sin programas políticos de base y sin consenso y coordinación de fuerzas opositoras concretas suelen derivar en dictaduras que duran-duran, aún más si esos gobiernos cuentan con ejércitos y policía secretas tan organizados y bien entrenados.
Después de vivir once años en democracia ejerciendo mi derecho al voto de forma libre, más que matar a Fidel Castro, si viviera en la Isla, me gustaría se traspasaran todos los poderes a una oposición con un programa político de transición definido...  con ideas parecidas a estas…
Elecciones libres multipartidistas. Que se recupere parte de la Constitución de Cuba de 1940, con elementos positivos a mejorar del proceso de la transición española. Crear un sistema de seguridad social al mejor estilo europeo, que incluya acuerdos con países en los que miles de cubanos están exiliados para que tengan el derecho de percibir el retiro de los años trabajados en la isla, no se sabe a dónde van esas contribuciones ni quién se las queda; aprender positivamente del desarrollo de países como Brasil, hacer un seguimiento continuado de varios países del Caribe, Antillas Mayores y menores e integrarse con profundidad en los mecanismos globales de esta zona y su explotación del turismo y del comercio. Dejar que entre la inversión extranjera sin matices políticos, permitir la libre circulación de nacidos en la isla residentes en cualquier parte del mundo y de sus hijos con derechos a actividad empresarial, y a recuperar bienes expropiados por el actual régimen así como sus derechos a herencia como ha ocurrido en países ex-socialistas europeos. Actualizar las relaciones con Europa y Estados Unidos… entre otras que no me caben en este post y que se podrían añadir.

martes, 15 de febrero de 2011

Un desempleado más, un amigo menos

Cuando abandonas tu país, en muchos casos pasa, que trabajas en lugares que no deseas, pero que pagan tus facturas, que no saben de empleo, sino de gastos y dinero. Julio Cortázar llamaba a estos oficios: trabajos comestibles.
La estancia en estos lugares suele ser llevadera cuando encuentras por casualidad a personas que escuchan en su MP3 algunas de tus canciones preferidas o le gusta descargarse las mismas películas (italianas o francesas) que no pudiste ver en su momento porque no vivías en Europa y solo te llegaban algunas.
Ayer por la tarde a B. Z., iniciales de un desempleado más, un amigo menos, le han dicho que no vuelva mañana. Él y yo teníamos la ilusión de que la bajada de producción no le afectaría, pero no fue así. Mañana no vendrá. Tendrá que ir a la Empresa de Trabajo Temporal (ETT) que lo subcontrató y de ahí a la Oficina del paro para entrar oficialmente en sus listas.
Llegó hace unos años de Argentina donde se ha abierto camino entre hielo y rocas, solo, y no es metáfora pues trabajó en una estación de esquí en Andorra y luego aquí en Barcelona. No pertenece a esa clase de Buenos Aires que viaja con pasaporte italiano a casas de familiares. Vino porque se agotó en su país y se creó una vida con su chica en la ciudad de su equipo de fútbol predilecto: Barcelona, donde un coetáneo suyo, Messi, le hace sentir que este país es un poco suyo también.
Cuando le dijeron que no volviera pasé muy cerca de donde estaba hablando con su superior, y su rostro reflejaba un dolor de impotencia que me es imposible describir, solo compartir que ya su mente se sentía fuera del sistema una vez más. Soy especialmente sensible, porque imagino el rostro de su chica cuando él se lo diga, sé de los viajes que no podrán hacer y la reducción de gastos que tendrán que volver a reajustar tras este nuevo bache.
Con él hablaba hace muy poco de la putada que significa la subida de la edad de jubilación en España, ahora hasta los 67años, y con ésta el aumento de los años de cotización para poder cobrar el 100% del retiro que correspondería, y lo difícil que será para los emigrantes que llegamos con más de 30 años a este mercado laboral alcanzar los 38 años cotizados… pero ése es un futuro que no pasa ahora por su cabeza.
A partir de mañana no tendré con quien hablar de la salud de Gustavo Cerati, ex cantante de Soda Stereo si sigue ingresado, ni de la próxima gira de Fito Paéz en España; sí, ya sé: tengo su email, es amigo en Facebook, lee mi blog y tengo su móvil; pero era mucho mejor hablar con él de estas cosas durante la jornada laboral, donde nuestros intereses nos hacían llevar la trayectoria de 09:00 a 18:00 horas de forma más leve.
Mucha suerte B. Z. Te regalo una canción de Fito Páez que a mí me levanta cuando estoy caído:

En esta puta ciudad, todo se incendia y se va,
matan a pobres corazones.
En esta sucia ciudad no hay que seguir ni parar,
ciudad de locos corazones.
No quiero salir a fumar,
no quiero salir a la calle con vos.
No quiero empezar a pensar
quién puso la yerba en ese viejo cajón.
Buen día lexotanil,
buen día señora, buen día doctor.
Maldito sea tu amor
tu inmenso reino y tu ansiado dolor.
¿Qué es lo que quieren de mí,
qué es lo que quieren saber?
No me verás arrodillado.
Dicen que ya no soy más yo,
que estoy más loco que ayer,
y matan a pobres corazones.
(Ciudad de pobres corazones, 1987)

sábado, 12 de febrero de 2011

Azúcar Amarga: El miedo es más dulce que la sangre


Vivía en la Habana Vieja cuando este barrio se rebeló espontáneamente el 12 de agosto de 1994. Las autoridades no podían creer que casi tres mil personas en las cercanías de la Avenida del Puerto de La Habana gritaran sin pudor y sin miedo ¡Abajo la dictadura!¡Abajo Fidel!, después de que el gobierno cerrara los accesos a las lanchas de Regla.  La gente estaba acampada allí desde el 4 de agosto, ese día se habían intentado llevar una de estas lanchas hasta aguas internacionales donde las autoridades norteamericanas los trasladarían a Estados Unidos.
Confieso que no estuve desde el principio, estaba en casa y por el balcón escuché a unos adolescentes relatando a gritos lo que en la Avenida del Puerto sucedía. Nosotros cogimos las bicicletas y salimos disparados para allá, ocupando una porción de historia de la ciudad que no pensé vivir.
Esta rebelión se fue extendiendo de La Habana Vieja a Centro Habana, pero allí el asalto a los comercios y la destrucción de parte del mobiliario urbano sirvió para que partidarios del régimen pudiesen calificarla por la tele como vandálica y no política, aunque parte de ese mobiliario era utilizado (sobre todo los latones de basura de metal) para enfrentarse a los militares, a la policía y a otros grupos civiles de represión  autorizados por el gobierno.
La falta de apoyo de gente de otros barrios y por supuesto de los jóvenes universitarios, junto con la precariedad del transporte en Cuba que rompe la espontaneidad de traslado inmediato, y sin duda alguna, la eficacia del ejército y la policía que vallaron y aislaron Centro Habana y La Habana Vieja con tanques; hicieron fracasar este proceso que pudo tener el mismo final que ha tenido hoy, 11 de febrero de 2011, la caída de Hosni Mubarak.  
Al final, muchos de los mismos manifestantes, cuando apareció Fidel Castro por la zona con sus militares,  pasaron de gritar ¡Abajo Fidel! a gritar, ¡Viva Fidel!, un acto del que fui

domingo, 6 de febrero de 2011

Escenas de mi vida cotidiana en un bar del barrio



Els Rossos, era un bar  típico de calle o esquina, similar al de la canción de Serrat, El Meu Carrer. Los días que hay partidos del Barça en una pared colocaban una bandera gigante que cubría la mitad del local envolviendo a todos dentro en una marea azul-grana. Ya se sabe, los goles del FC Barcelona en el barrio de Gràcia, no se cantan, se sienten en vena y después del grito los petardos hacen el eco un buen rato.

Cuando llegué a esta calle, Rabassa, este bar con ese nombre y marcha futbolera, no existía. En su lugar había otro donde solo daban desayunos, además de vender complementos para prepararse una comida rápida. Lo llevaban dos ancianos que estaban a punto de retirarse y lo estaban traspasando; con el señor me traté muy poco, pero la señora al verme subir elementos para empezar a componer el piso, me ofreció las sillas del bar regaladas junto a un estante de libros que aún uso, y sobre todo, me vendió por cinco mil pesetas una nevera que me duró cuatro años. Hablaba muy poco castellano y cada vez que iba a tomarme un cortado a su bar, me hacía historias de Barcelona en la época del franquismo.
La anécdota que más recuerdo fue cuando un día su madre vino a verla del pueblo, Caldes de Montbui y cuando ambas iban por la Rambla ésta le preguntó en catalán a un guardia por una parada de bus... Él le contestó... ¡que le hablara en cristiano! y alzó la porra más como gesto amenazante que con verdaderos deseos de golpearla. La madre se vio en un gran apuro que ella se apresuró en resolver con una sonrisa y repitiendo la pregunta en castellano.
El día que me regaló las sillas me vi subiendo las escaleras recordando una canción de Silvio Rodríguez:
En el borde del camino hay una silla,
la rapiña merodea aquel lugar.
La casaca del amigo está tendida,
el amigo no se sienta a descansar.
Ahora no recuerdo el nombre de esta señora que me dio fragmentos de su vida casi al final, para que yo comenzara a tejer una vida en este barrio.
Fue mi primer bar de Barrio en el que tuve una experiencia continua. Viví treinta y cinco años en una capital como La Habana donde los bares de esquina, eran solo un recuerdo de los más viejos, reflejos de una sociedad que desapareció, con sus defectos y virtudes.
Hoy, la ley del tabaco que liberó de humo todos los espacios públicos, nos permite estar en otro bar de esquina, esta vez llamado Soco, donde además de nuestra niña, hay dos bebés más disfrutando la serenidad con que sus padres toman un aperitivo y comparten caña y vino con amigos, ambientados con música chill-out y el envolvente aroma de aceites de oliva especiados.





Foto de una esquina del barrio que cuento, Gràcia. Arkolano.

viernes, 4 de febrero de 2011

Los calçots y la democracia



Éramos más de doce comensales. Félix comenzó a sacar los calçots que había cocinado con Jordi, el Pere y otros más en el patio de su casa en Sant Andreu de la Barca. A este encuentro en Cataluña se le llama calçotada, un grupo de amigos se reúne entre el final del invierno e inicio de la primavera para comer esta especie de cebolleta que se unta en una salsa que entre otras cosas lleva almendras. Es una comida típica de la comunidad catalana, se dice que los mejores son de Valls, Tarragona.

Ayudado por leña fresca y cervezas Estrella Damm. Jordi, Pere y Félix eran tres de los cuatro (incluyéndome) que nos encerrábamos en la oficina de Félix, hace unos años cuando trabajábamos juntos para hablar de asuntos varios en horario de trabajo mientras nos tomábamos un café, ellos tenían un perfil ¡catalanista! del cual mucha gente me advirtió que tuviese cuidado, y que resultó inocuo en nuestras charlas.


Cuando todos teníamos el plato delante con la superficie del calçot o su primera piel quemada, entre niños y parejas de cada quien, advertí que los calçots estaban envueltos de forma muy uniforme, la prensa era la misma en todos: El Periódico de Catalunya en su versión en catalán. Esto último se hace para conservar el calor desde el fuego hasta el paladar, y demuestra la sabiduría de los "sin hogar" que eligen los cartones y la prensa para cubrirse del frío.
Llevamos reuniéndonos cinco años con el pretexto de este evento, que en realidad nos sirve para ponernos al día de nuestras vidas, sobre todo, para ver cómo crecen los niños y recomponer nuestra visión política del mundo, no obstante, la prensa del envoltorio, permanece.

Seguro que este domingo invernal, en otras casas de Sant Andreu otros comensales estarán abriendo sus respectivos calçots envueltos por otra prensa, ABC, El Mundo, El País, o La Vanguardia, los habrá que en una misma casa, se crucen periódicos de tendencias diferentes: izquierda-derecha-nacionalista, que reflejan ideologías políticas diferentes sin que eso sea un problema. Quizás sea una virtud (la virtud es algo que se enseña según Sócrates) de la democracia, mientras desde la cocina se escuchaba a Jorge Drexler cantar la Milonga...
Yo soy un moro judío
Que vive con los cristianos,
No sé que dios es el mío
Ni cuales son mis hermanos.


Foto superior, autor comiendo calçots hecha por  Vivían B y Jordi R .
Foto última, calçots en la hoguera.