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lunes, 2 de diciembre de 2013

Musa que inspiró la canción Santa Cecilia de Manuel Corona.

Hace unos días cuando fue el día de la música (22 de noviembre) muchos cubanos colgaron todo tipo de versiones de esta canción en Redes sociales. Me asombró que nadie escribió el nombre de quien inspiró esta canción del trovador cubano Manuel Corona.
Yo  tengo un libro "Iconografía de la trova/ Creadores e Intérpretes," escrito por Ezequiel Rodríguez/ Ediciones de la coordinación Provincial Habana del C.N.C., o sea, el Consejo Nacional de Cultura (1966), donde aparece la foto que ilustra el post de Cecilia Rodríguez Montero.
En ese libro no sólo tengo las fotos de casi todos los primeros grandes cantores de la trova tradicional cubana, sino que además tengo casi todas las fotos de sus musas. Si se lee o escuchas esta canción se entiende, porque en un momento él habla de un rostro africano y luego habla de una India, o sea, era una mulata clásica de Cuba, y lo de sus "tus ebúrneos senos" es evidente por la corpulencia de la chica.
Sin dudas el mulato con ascendencia china Manuel Corona nacido en Villa Clara, era un ligón de mucho cuidado, no es casual la cantidad de mujeres que le escribió canciones... Siempre que escucho a Joaquín Sabina y a Serrat decir en entrevistas que ellos cogieron la guitarra para ligar chicas me suena conocido, todos cogen una guitarra para ligar, lo que no a todos nos salen las mismas canciones.
Se pudiera hacer la radiografía sentimental de los amores o enamoramientos de Manuel Corona sólo analizando sus canciones a mujeres... La Alfonsa (1903), Mujer divina (1910), A Nena (1911), La niña (1911), Dulce mía (1912), ---dedicada a Eulogia Real, su único y verdadero amor---, A Pura, Estela, Dora, A Albertina, Lo que fue Josefina, A Rosa, Mi virgen venerada, A Flora, Dime adiós matancera, Reina mora, Angelina, Migdalia, Las dos indianas, Cachita, y su trílogia más conocida: Longina, Santa Cecilia y Mercedes; estas tres últimas popularizadas por otra mujer de la trova tradicional cubana, María Teresa Vera.
Corona, ligaba pero no tenía dinero, en Doble conciencia le escribe a Leovigilda Ramírez... ¿Con qué te vendes eh?, noticia grata/ no creas que te odio y te desprecio/ y aunque tengo poco oro y poca plata/ y en materia de compras soy un necio/ espero que te pongas más barata/ sé que algún día bajarás el precio.
Pobre murió Corona en un cuarto de la barriada de Marianao con 70 años, en 1950. No tuvo la suerte de Compay Segundo, que era como él, torcedor de tabacos/puros se dice en España.

La canción " Santa  Cecilia," de Manuel Corona, la inspiró  Cecilia Rodríguez Montero, en 1924. 

Santa Cecilia. Escrita por Manuel Corona.

Por tu simbólico nombre de Cecilia
tan supremo que es el genio musical.
Por tu simpático rostro de africana
canelado do se admiran los matices de un vergel.

Y por tu talla de arabesca diosa indiana,
que es modelo de escultura del imperio terrenal,
ha surgido del alma y de la lira
del bardo que te canta
como homenaje fiel
este cantar cadente,
este arpegio armonioso
a la linda Cecilia
bella y feliz mujer.

Las lánguidas miradas
de tus profundos ojos
que dicen los misterios
del reino celestial.

Y el sensible detalle de amor provocativo
de tus ebúrneos senos y tu cuerpo gentil.
Yo no sé qué provoca
el conjunto armonioso,
tu belleza imperiosa
y tu virtud femenil,
que me siento encantado
y la mente inspirada
de afecto
y de ilusión.

Por ti Santa Cecilia
la más primorosa
mujer divina.


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Maya estuvo con su cole en el Museo Picasso en Barcelona

En marzo de este año -que aún no acaba- cuando estuve en París visité el museo de Orsay, algo que no hacía desde 1999, a pesar de haber ido varias veces más al Sena en los últimos años. Allí volví a encontrarme con una escena muy cotidiana de este museo;  ver cantidad de niños y niñas de coles de todas las edades y razas que hacen de este lugar un espacio vivo como centro de estudio temporal, imagen realmente adorable. Pues las guías los plantan delante de los cuadros y les cuentan todo sobre el lienzo  y su entorno histórico; ellos reinterpretan la obra con su mirada y opinan de lo que ven, un diálogo que siembra una semilla. No olvidar que la etimología de la palabra cultura viene de cultivar.
Acabado de aterrizar del Caribe me gustó mucho esa escena, ahora con una hija nacida en Barcelona, aún más.
Pues Maya Rodríguez (no la hija de Picasso, ni la bailarina rusa, Maya Plisétskaya, sino mi hija de cinco años)  le ha tocado ir en bus escolar desde su escuela al Museo Picasso y vivir la experiencia fascinadora con este pintor andaluz. Él ha hecho que dejé de dibujar  colecciones de moda de vestidos para muñecas,  y se ha pasado al autorretrato cubista... 
Su explicación de cómo Picasso se pone ante el espejo, hacer un boceto de sí mismo y luego le da color, es un regalo de mi cachito de cielo que dios me dio, que diría Nat King Cole.

    Maya repinta a Sabartés, amigo de Picasso.

    Sabartés por Picasso