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lunes, 10 de junio de 2013

Sobre el culto del Mojito en España...

Chema Madoz
El Mojito, no es el trago Nacional de Cuba, como sí lo es, la Piña Colada  en Puerto Rico desde 1987, además de tener El día Nacional de la Piña Colada, el 10 de julio. No obstante,  el Mojito, es el cóctel más internacional de Cuba,  y tiene más de cien años.  La última evolución del Mojito aquí, es verlo  en forma de sorbete, junto con los históricos de fresa y limón para niños...
El recorrido del Mojito por el mediterráneo en los últimos años,  tiene como eje central: España.
Este comenzó a llegar a la prensa española, La Vanguardia, de Cataluña, después de la desaparición de Francisco Franco, finales de los años setenta. Varios periodistas que visitaron Cuba gracias al marketing de la Revolución,  comenzaban sus notas de aquel país con referencias a este cóctel,  que era bastante desconocido en España, a pesar de que en La Habana, gozaba de gran pegada desde los años cuarenta, cuando el Mojito comenzó su andadura en  la Bodeguita del Medio, y hasta el propio Nobel, Ernest Hemingway, le había dado su espaldarazo en sus novelas y era su mayor promotor. No obstante, su origen  fue en la playa de la Concha, en Marianao, donde en un bar, un barman llamado Rogelio creó este cóctel  hace cien años.

cita de La Vanguardia   

...es el famoso «Habana Club» negro, por el que los cubanos sienten una atracción especial y nosotros también después de haberlo degustado en un delicioso cóctel que llaman «mojito» en el que el ron pone el detonante, y el azúcar, el limón y la hierbabuena ponen lo demás. (el 21 de abril de 1977, escrito por Mª Dolores Masana)....

El Mojito cubano en los años ochenta comienza su andadura por los terrazas y chiringuitos de toda España, con la invasión masiva de progres de izquierda a La Habana tras la visita de del ex presidente español Felipe González a la isla. Pero no es hasta los años noventa que el Mojito se hizo adulto en  el gusto preferencial de los veraneantes de toda la costa española, ya sea, Cantábrica, Atlántica o Mediterránea impulsándola hasta las islas Griegas. 

El chiringuito de los mojitos cubanos está atope,  los pinchos están bastante fríos. La fiesta sigue, la música acompaña, pero poco más. (Sep 1985 La Vanguardia Santiago Fondevilla)  


Con la Feria del Sevilla del 1992, terminó de completar su andadura y definitivo despegue comercial en bares y playas pues en esta época llegó el elemento que lo simentó en la cultura del relax veraniego: el son cubano de la mano de la popularidad de Gloria Stefan, quien publica en 1992, Mi tierra, y luego, el aterrizaje de La Vieja Trova Santiaguera, Compay Segungo y Buena Vista Social Club que convierte a la música cubana en la indiscutible reina de los veranos de los años noventa, que tuvo su cierre de ciclo con Orishas, en 1999,  con: a lo cubano, botella de ron, tabaco habano, risas por doquier.


De Cuba llega el Mojito, que arrasa este verano. Prepárelo de esta
forma: machaquen un vaso largo unas hoj as dementafrescay azúcar y
agregue zumo de limón y unas gotas de angostura; alárguelo al
gusto con buen ron cubano y un poco de soda. Sírvalo con hielo y una
ramita de menta fresca para decorar; (15 de agosto de 1990. La Vanguardia.)


Hoy el Mojito ya no necesita de la música cubana para sobrevivir en las playas de todas Europa, lo he visto hasta en Croacia, pues se ha adaptado a todas las músicas, pero sobre todo el chill out de Ibiza, forma parte de una cultura de vida en todas las islas Baleares o las Islas Canarias.









foto-obra de Chema Madoz



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Mi vida cotidiana en Cuba: tres visiones

Bárbara, filme alemán/  Fronterizos, libro danés/  Argo, filme EE.UU.


Regalo al lector curioso, la posibilidad de conocer a través de dos películas y un libro (Bárbara, Fronterizos y Argo) , cómo era mi vida cotidiana en Cuba. Que el escritor y los cineastas no sean cubanos, sino europeos o norteamericanos, y que esas realidades se desarrollen en Alemania, Dinamarca, o Irán,   hace que la visión de la realidad vivida en esa isla de hegemonía totalitaria castrista sorprenda fuertemente, lo que infiere que el mal, puede ser copiado a miles de kilómetros, se tenga o no conocimientos de él.