Tuvo que nacer Mateo, y Aissa -su madre- irse a la ermita de la Caridad del Cobre en Miami, para yo poder definir con una sola palabra: Ternura, las canciones del último disco de la cantante de jazz Melody Gardot. Aissa -en esa imagen- no tiene en brazos a su hijo, da la sensación de que acaba de sacarlo de su pecho. Su cuerpo es la fachada de una catedral que hace una curva de protección y cariño sobre su bebé. Detrás de Aissa está la línea azul del horizonte. Los que hemos estado allí leyendo los mensajes escritos sobre ese muro, tenemos conciencia de la palabra nostalgia, porque sabemos, que Cuba no está muy lejos de esa línea de agua que ha visto caer y caer cuerpos de exilio en forma de cenizas, lágrimas y despedida.
Son esos días que uno se arrepiente de la distancia y toma conciencia de que la aplicación Face Time de Apple, no es tan maravillosa. Maya, mi niña -su sobrina, quisiera abrazar a su primo Mateo de pantalla a pantalla, de iPad a iPhone cuando empieza a llorar, quiere cuidarlo, anidarlo, pero no es lo mismo que tocar su piel. Se queda mejor cuando le canta dos o tres canciones en catalán -que increíblemente- hacen que se calme mientras canta.
Aissa fue protagonista de una canción de Vanito Brown, del grupo Habana Abierta, que popularizó el dúo Gema y Pável, Mateo ya es el protagonista de la canción de vida de su madre.
Bienvenido Mateo, pura vida.