Este cuadro "Femme peignage ses cheveux," (mujer que se peine el cabello) de Wilfredo Lam pintado en 1939.
Reconozco que lo desconocía por completo (mientras viví en Cuba, di con el en casa de un amigo profesor de arquitectura en París) y me encanta.
Por la luz blanca del vestido, las facciones indígenas de los ojos, la nariz de Picasso, la cara de Modigliani y el cabello árbol de sí mismo que parece una columna que sostiene a la propia mujer.
La piel mulata de la joven del cuadro resalta en contraste con el negro del cabello y el blanco del vestido. La joven guiña un ojo para la eternidad que la hace triste. Asentúa su tristeza o sufrir en esa línea roja que le parte en dos el pecho.
Edgar Degas tiene igual una joven que peina sus cabellos. Pero es rubia con cabellos rojos, está de espaldas y desnuda, aunque deja ver una poderosas curvas, gran culo quiero decir.
No creo que Lam quisiera competir, creo quizás, quería advertir de que existía otra forma de belleza, está vez mulata, ¿o no?
Claro, aunque el cuadro es una mulata para mi le hace un homenaje a su esposa Helena que era rubia. Así es el arte.
(firmó "Wifredo Lam" (abajo a la izquierda) óleo sobre tabla 48¼ x 32¾ en. (122,5 x 83,2 cm.) POROCEDENCIA: Colección L. Soldevilla, París. colección Villarnobo, París. Mario y recogida Ligia Amiguet, Miami (1983). Adquirido de lo anterior por el actual propietario.
Este cuadro se vendió por 662.500 dólares.
Pierre Loeb, Helena Holzer (esposa de Wifredo), Wifredo Lam y Rafael Moreno Pascual en La Habana en 1944.
En la fotografía, el pelo largo y oscuro está en evidencia principalmente porque Lam se ve ayudando a ella en la colocación de su pelo sobre su hombro para que se pueda conectar en cascada en la parte delantera de su blusa. En su pintura, Lam ha hecho trenzas de su mujer increíblemente largo, sus extremos llegar más allá del borde del plano del cuadro. Su mano se coloca alrededor de la circunferencia de su pelo grueso llama la atención sobre su importancia en la imagen y sirve para subrayar su encanto. Cortar una diagonal oscura contra casi toda la imagen, el pelo es de suma importancia, ya que todas las otras formas se reducen a sus formas más elementales, como el cambio de blanco que ella usa. El rostro de Helena es una reminiscencia de las máscaras africanas que ahora eran sobresalientes en la experiencia visual del Lam.