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jueves, 14 de noviembre de 2013

La plaza de la Revolución hundida... Bienal de Venezia 2013

"El dúo conformado por Nelson Ramírez de Arrellano y Liudmila  Velasco retoma el tema de la insularidad a través de la video-animación La Isla, de la serie Absolut Revolution. El Monumento de José Martí en la Plaza de la Revolución se yergue firme frente a las aguas del mar que han anulado toda representación de la Isla. Según nos comenta Jorge Fernández, esta pieza compartirá el espacio con un busto del emperador romano Marco Aurelio."

Esta pareja  tiene una obra de arte fotográfico centrada en Cuba que me trae de cabeza. Los doy a conocer en mi blog tras seguir sus huellas.

Liudmila & Nelson sobre su participación en la 55ª Biennale de Venezia, con LaPerversión de lo clásico: Anarquía de los relatos.
En la Bienal de Venecia, están exponiendo el video Absolut Revolution: La Isla. Trata otra vez de esa relación al mar. ¿Qué más puede decirnos sobre el título de la obra y su concepto?
Esta pieza forma parte de un gran proyecto que venimos desarrollando desde 1996 y que expusimos por primera vez en 2002. Consta con cerca 400 imágenes y varios vídeos.
Trabajan como un colectivo, ¿se podrían presentar?
Funcionamos como un equipo, Liudmila & Nelson, y venimos trabajando en colaboración desde hace 22 años. Cuando empezamos, yo estudiaba pintura en la Academia San Alejandro, y Liudmila es de formación autodidacta. Empezamos por un periodo pictórico y más instalativo, con un arte de intervención, casi de arte povera en cierta medida. Pero nos fuimos moviendo hacia la fotografía con nuestro primer proyecto puramente fotográfico que preparamos todo el año de 1994 y expusimos en 1995. Desde entonces hemos profundizado el camppo de la fotografía y también el videoarte.
¿Cuáles son los temas principales de investigación en su práctica?
Una parte importante de nuestro trabajo tiene que ver con la idea de conocernos a nosotros mismo y de conocer la realidad en la que vivimos a partir de la práctica del arte. La realidad es mucho más compleja de lo que las personas perciben… Algunas personas toman un partido y piensan que todo lo que está del otro lado está mal. Si analizas cuidadosamente es difícil llegar a un extremo de una verdad y que esa siga siendo una verdad. En ese sentido el arte nos ofrece otras alternativas para apreciar la realidad.
En la práctica, trabajamos por temas. Por ejemplo, tenemos bastantes obras acerca de las ciudades como espacios de memoria, de vivencias emocionales, como espacios geográficos que tienen una trayectoria en el tiempo cuyo desarrollo se ve afectado por las memorias que tenemos de ese tiempo.
También hemos investigado los temas migratorios a menudo. Ambos nacimos afuera de Cuba: Liudmila es de madre cubana y de padre cubano-irlandés y nació en Moscú, Rusia; yo soy de padre cubano y de madre cubana-española y nací en Berlín, Alemania. En aquellos años, haber nacido afuera de Cuba era una rareza. Había muy poca población que no fuera cubana viviendo en Cuba en los 1960-70, o incluso a principio de los 1980. Eso siempre nos colocó en una situación “desde afuera”: la sociedad nos ponía en el borde, éramos un centro de atención. Esta posición de extrañeza que la sociedad te coloca, que no significa que te rechacen sino que te ven diferente a lo demás, te da la oportunidad de observar más detalladamente lo que está sucediendo en la sociedad entera. Te vuelves un observador ante la paradoja de ser observado. El tema migratorio también lo abordamos a la luz de la migración masiva de los años 1990 cuando – por la escasez general que había en Cuba, y por la caída del campo socialista que aisló completamente al país – muchos se fueron hacia las costas del estrecho de Florida en barcos, botes, bicicletas acuáticas, balsas, hasta automóviles y camiones flotantes…  Esas migraciones dejan sus huellas. Hicimos muchas obras que tienen relación con eso, pueden llegar a ser obras que duelen mucho también…
    Los que ya no están. 

La pieza Los que ya no están, por ejemplo, es una serie de retratos de las casas de los amigos que se fueron. No solo es un catálogo de esos amigos que ya no viven en Cuba sino que también es un mapa emocional de la ciudad. Las casas sirven de puntos de referencias para desplazarse a otros lugares o indicar una dirección: por ejemplo, tal cosa queda a dos cuadras de la casa de Emilio o de Jorge…
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               Ludmila y Nelson en Venezia.
Fragmento de la entrevista realizada en Venecia, Italia – 1º de junio 2013
Por Clelia Coussonnet.


Un piso compartido en la calle Pintor Fortuny. Barcelona



Este portal N' 32 en la calle Pintor Fortuny, no significa nada para la mayoría de los mortales que pasen por sus bajos, no obstante,  para mí significó un  aterrizaje diferente en la ciudad. Por su centralidad en Barcelona. También fue la  primera vez que compartí un piso, donde la nevera tiene una frontera invisible que todos sabemos que existe; donde haces el amor reconociendo los pasos de la otra pareja que va al baño y debes detenerte según el momento donde te encuentres. Donde las primeras veces que vienen amigos o invitados de los "otros" tu te sientes extraño si quieres ir al salón...  Todo es diferente si nunca has compartido, pero vivir la intimidad cotidiana te crea vínculos que transcienden más allá de las palabras y terminas en una otra/amistad com/partida.
Justo en esa  habitación  escribí casi todos mis poemas del libro Síndrome de Ulises, hoy recuerdo un poema que no incluí en el libro, probablemente no nos gustó al editor, Radamés Molina y a mí, donde jugaba con la idea de com- y -partir, que fonéneticamente se parece al com, de venir,  en inglés, y el partir del castellano. Una contradicción que no supe resolver en aquel instante y reflejaba mi desconocimiento por nunca haber compartido mi intimidad  salvo con mi familia.
Fue el lugar donde empecé a tener nostalgia, no del lugar donde había nacido, sino de Sevilla, donde había vivido durante dos años a mi llegada a Europa, luego de haber aterrizado en noviembre de 1999, en París, mi cuna iniciática y europea un mes de noviembre como este, un otoño que está muy lejos.
Carrer Pintor Fortuny, es  en realidad el homenaje al pintor catalán Marià Fortuny i Marsal,  (Reus, 1838 – Roma, 1874) considerado el mejor pintor del siglo XIX español detrás de Goya, le tengo un cariño especial. Por eso no me resisto a mirar este portal y seguir andando,  casi siempre me detengo cada vez que paso cerca, esta vez hasta le escribo un post mientras sigo para captar la esencia de una Milonga en la misma calle, una milonga llena de gentes de todas partes que tienen un objetivo común, bailar Tango como eje universal de sus cuerpos..., seguro mi siguiente post.
a Radamés Molina, Lisset Lemus, Ubaldo Huerta, Wendy Navarro, Direlia, Ernesto Busto, César, Ferrer y todos los que vivieron o pasaron  o bailaron en las fiestas no universitarias de este piso pero si muy nostálgicas con un país clavado en la memoria de todos y otra ciudad gustosa y literaria donde vivimos.

    Direlia que vivió aquí casi acaba el post desde el mismo portal, no sabes si te invita a venir (com) o        alguien de su vida parte, o sea se va...
Wendy Navarro se despidió con esta foto de su estancia en Pintor Fortuny 32, el día que lo abandonó.





Otros inquilinos no menos importantes de este piso a partir del 2005...por Wendy Navarro:  Vanessa Badagliacca, (italiana, doctora en historia del arte), fue realmente con la que entré al piso, ella y yo solitas, apenas unos meses después ella se iba y llegó: Alba Gómez (colombia) que estuvo casi hasta el final. De los primeros tiempos también estuvo un año y algo Stefan (alemán), Raquel Bazán (asturias), luego vinieron Laura (inglaterra), Celine Filippi (Francia), (Nadia (alemania), Direlia Lazo, y hay un par mas que solo se quedaron unos meses..! Incluir a Alba Martín (catalana), casi como si viviera allí desde el principio, amiga de todas, casi una hermana..